Guarimba del New York Times.

Publicado el 15 marzo 2019 por Jmartoranoster
Asalia Venegas.-  Nadie crea que The New York Times saltó la talanquera. Demasiada agua ha corrido bajo los puentes de la comunicación desde que las obras de Herbert Schiller, Los manipuladores de cerebros, y Vance Packard, Las formas ocultas de la propaganda, derribaran los estereotipos que se tenían del periodismo objetivo y la neutralidad mediática. El cuestionamiento lo iniciaron los teóricos de la Escuela de Frankfurt, lo que no ha impedido que existan almas puras que crean en el aserto: “si lo dice la prensa, es verdad”. El periodismo industrial se encargó de convertir esta frase en doctrina, cual mandamiento de ley divina. Aceptada como algo que no se discute, la noticia fue transformada en mercancía y se hizo un sacramento de la sugestiva expresión “los hechos son sagrados, la opinión es libre”. Por este camino, los medios se erigieron en “cuarto poder”. Esto sería así hasta que alguien descubriera la desnudez del rey y a “los manipuladores de cerebros”. Por eso la oposición se desconcierta cuando nada menos que el New York Times, esa catedral del capitalismo mundial, le dice que fueron sus guarimberos los que quemaron la “ayuda humanitaria”, aquel fallido 23 de febrero que nunca cuajó en “Día D” contra Venezuela. ¿Cómo este diario viene a desmentir a Pompeo, Pence, Abrams y al propio autoproclamado? Ocurre que es el mismo periódico que desde 2002 mantiene una furiosa campaña contra Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro, después. El New York Times ha sabido mantener su prestigio porque es serio, incluso cuando miente. No lo iba a arriesgar ante un hecho que el mundo presenció: la preparación de bombas incendiarias en un local oficial en Colombia y el lanzamiento de una de estas contra la gandola con la “ayuda humanitaria”, en un acto que el autoproclamado tildó de “crimen de lesa humanidad”. Por supuesto, deja de ser un crimen de este tamaño cuando el diario neoyorquino revela que el autor fue un opositor al gobierno de Maduro. ¿Patenta el New York Times su “objetividad” cuando reconoce que no fueron los bolivarianos los que lanzaron la molotov? En absoluto, evidencia que cuando se devela la mentira, no huye hacia adelante y acepta la verdad antes de que los hechos se la desnuden en sus narices. Aun así, se le agradece. Asalia Venegas Periodista / Profesora UCV Anuncios