Una de las ventajas del retraso de la última temporada de Juego de Tronos es que me dio suficiente tiempo para leer los cinco libros de George R.R. Martin en los que se basa la famosa serie de televisión. Basta comenzar las primeras páginas del primer volumen para darse cuenta de que los guionistas no han tenido que esforzarse demasiado. El estilo narrativo de Martin es en sí mismo tan cinematográfico que poco han tenido que adaptar para conseguir el éxito de la serie. Eso sí, los guionistas han sido, con determinados personajes, más sangrientos que el escritor. Con el devenir de los libros, algunos protagonistas han visto su destino cinematográfico variado y me temo que no será baladí en la guerra de creatividad que se abre ahora en Juego de Tronos, porque, cuando los productores de televisión anuncian el fin de la historia y se enfrentan, a partir de esta temporada siete, a la inexistencia de versión literaria, va George R.R. Martin y asegura que está escribiendo Vientos de Invierno, el sexto volumen de la saga y que, además, proyecta una secuela y varios libros sobre alguno de los Siete Reinos. Son buenas noticias para los seguidores del devenir de los Siete Reinos, porque dispondrán de dos versiones diferentes del final de la saga. Esta sí que parece una historia interminable.