La guerra contra el paquete audiovisual semanal es una guerra perdida. La programación televisiva es de una ayuda inestimable. Y como estas cosas suelen sintetizarse con ejemplos, les pongo el de mis vecinos de al lado. No me hubiera enterado de que son clientes del paquete de no ser por la discusión entre padre de ochentaipico, militante y miembro de la Asociación de combatientes de la revolución cubana, e hija de trentaipico civil del Minint:
–¡Eso es diversionismo ideológico!—tronaba el padre, repitiendo sin dudas alguna “orientación” recibida en el núcleo del partido.
–¡Pero papi, si nosotras lo que vemos son las novelas!
–¡diversionismo igual!
Y en esas se mantuvieron hasta la intervención de la esposa del combatiente jubilado y madre de la combatienta en activo:
–Tú, mira tu Telesur y tu pelota y déjame mis novelas tranquilas, y si eso es diversionismo ideológico, por lo menos es bonito.