La revolución industrial fue la causa de la primera y segunda guerra mundial. La revolución tecnológica es causa y efecto de la guerra. Nunca se podrían haber dado tantos avances en el campo de la ciencia y la tecnología sin la guerra como acontecimiento generador y precursor del progreso técnico y tecnológico en la sociedad. El Poder que confiere la técnica y la tecnología hacen de éstas un instrumento para la fabricación de armas de todo tipo y por ende para la dominación. Su fin es la destrucción de los recursos naturales para la acumulación y la degradación del ser humano para la dominación. No hay vuelta atrás en un mundo donde la sacralización de la tecnología está destruyendo la Naturaleza y las relaciones humanas en pos del progreso.