Como bien os adelantaba antes, una piel cuidada será la clave para obtener un maquillaje duradero y con buen aspecto, además de tratar aspectos que nos preocupen de la piel (acné, deshidratación, etc.).
Pero ¿dónde empieza un buen cuidado de la piel? Desde mi punto de vista, el cuidado de la piel empieza desde que nos levantamos por las mañanas hasta la noche, antes de irnos a dormir (y así cada día). Son esos dos momentos del día los que serán claves para darle a la piel lo que necesita. Seguro que la mayoría de vosotras os levantáis por la mañana y os laváis la cara para quitaros las lagañas y despejaros un poco. Aquí es donde debemos aprovechar para lavarnos el rostro con algún jabón suave para ayudar a retirar los restos de productos que hayamos dejado actuar durante la noche anterior y así preparar la piel para los productos que vayamos a aplicar (os hablaré de ellos más adelante y con calma: tónico, contorno de ojos, crema hidratante, sérum, protector solar, etc.). Digamos que por la mañana hacemos una rutina de preparación de la piel para que esté lista y cuidada para aguantar bien el trayecto del día.
Cuando llega la tarde o la noche, nos plantamos en casa con bastante pereza después haber estado trabajando y/o estudiando durante el día, y la mayoría (o yo al menos) aprovechamos el ratito de antes de irnos a dormir para desmaquillar y limpiar el rostro de todo el trote diario (que algunas ni eso alguna vez😜).
¿Y eso es la doble limpieza? ¿lavarnos la cara mañana y noche?No queridas. Seguro que podéis adivinar cuándo tendremos que dedicarle más tiempo a limpiar y cuidar la piel teniendo en cuenta cuál es el momento del día en que ésta puede verse más afectada por la polución, el maquillaje, el cansancio, etc. (venga, os dejo pensar...), ¿lo tenéis ya?.
Por mucho que la doble limpieza parezca algo nuevo e incorporado por las famosas rutinas coreanas que inundan ya librerías y tiendas de cosmética (un claro ejemplo lo tenemos en Charlotte Cho, autora de 'Secretos de Belleza Coreanos para una piel radiante'), es un concepto que realmente ha estado siempre presente en las rutinas de todas las que nos preocupamos mínimamente por cuidar nuestra piel, desmaquillándola y limpiándola antes de irnos a dormir.
En eso se basa la doble limpieza, en dedicar unos minutos a cuidar y mimar el rostro antes de irnos a domir y de aplicar todos los tratamientos faciales que estemos utilizando en ese momento. No sirve llegar a casa y pasarnos una toallita por la piel y listos, ¡así no! Esa no es precisamente la mejor forma de limpiar una piel y mantenerla sana. Las expertas en belleza están incluso recomendando hacerlo mañana y noche, debido a sus beneficios, pero si hacéis lo que os voy a contar todas las noches ya es mucho (teniendo en cuenta que, al menos, por la mañana os lavéis el rostro con un gel suave como os contaba antes, no hará falta seguir todos los pasos que ahora veréis). Y sí, aunque no te hayas maquillado, ¡debes seguir esta doble limpieza!
La doble limpieza
Básicamente se realiza en dos pasos muy sencillos:
- Paso 1: desmaquillar la piel si nos hemos desmaquillado y/o limpiar las impurezas.
- Paso 2: limpiar con mayor profundidad el rostro.
Hay que tener en cuenta que debemos ser conscientes que la doble limpieza ha de ser un momento de dedicación a una misma, unos minutos de relax para dedicarnos a nosotras, y no se trata de hacerlo de prisa, corriendo y mal. Seguir estos pasos correctamente no solo tiene ese objetivo de "limpieza", sino que junto a los tratamientos posteriores, será la clave para una piel brillante, hidratada y suave.
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