Bilbao, la capital del País Vasco, es una ciudad que mezcla tradición y modernidad de una forma totalmente única, convirtiéndose en un destino perfecto para una escapada de fin de semana. La ciudad ha sabido reinventarse en las últimas décadas, pasando de ser una ciudad industrial a un referente cultural y turístico en Europa, con atractivos turísticos tan representativos como el icónico museo Guggenheim o lugares llenos de encanto y tradición como su casco antiguo. Por esto, Bilbao ofrece un sinfín de experiencias para todo tipo de viajeros, permitiendo disfrutar de un par de días llenos de planes.
Organizar un viaje a Bilbao puede ser más barato de lo que muchos piensan si se planifica con tiempo. Reservar hoteles en Bilbao con antelación es la clave, especialmente en el centro o en barrios cercanos al Casco Viejo o Abando, que permiten disfrutar de la ciudad a pie. Además, Bilbao cuenta con una red de transporte público de alta calidad, lo que permite moverse de forma eficiente y económica sin necesidad de coche.
En un fin de semana se puede recorrer la ciudad sin prisas para descubrir sus principales atractivos culturales, su gastronomía de pintxos y su cercanía con la naturaleza. Esta guía está pensada para aprovechar al máximo dos días en Bilbao, combinando visitas culturales, paseos y experiencias gastronómicas, todo adaptado a quienes buscan disfrutar sin gastar demasiado.
El casco viejo y sus calles
El casco viejo de Bilbao, conocido popularmente como “las Siete Calles”, es el corazón histórico de la ciudad y el mejor lugar para empezar cualquier visita. Este casco histórico está lleno de bares de pintxos tradicionales en los que degustar la afamada gastronomía vasca. Además, sus plazas, como la Plaza Nueva, son lugares donde turistas y locales conviven, lo que ofrece la posibilidad de sentir la esencia bilbaína.
La catedral de Santiago, ubicada en esta zona, es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. Además de su valor religioso, es un reflejo de la historia de la ciudad y una parada obligatoria para los amantes de la arquitectura gótica. Muy cerca se encuentra el mercado de la Ribera, un espacio cómodo para degustar productos frescos o disfrutar de la gastronomía vasca a buen precio.
El museo Guggenheim y la ría de Bilbao
El museo Guggenheim es el símbolo de la transformación de Bilbao y uno de los museos más reconocidos a nivel internacional. Su arquitectura futurista, diseñada por Frank Gehry, ya es una obra de arte en sí misma. Aunque la entrada al museo puede resultar algo cara, se puede optar por recorrer su exterior y admirar esculturas como “Puppy”, el singular perro de flores, o “Mamá”, la sorprendente araña gigante.
Junto al museo se extiende la ría de Bilbao, un espacio dinámico para recorrer a pie o en bicicleta. Este paseo, que antiguamente estaba marcado por la industria, hoy se ha convertido en una zona moderna y agradable para disfrutar del paisaje urbano. El recorrido por el muelle al atardecer es una de las experiencias más recomendables que hacer en la ciudad de Bilbao.
Ensanche y arte urbano
El ensanche, la zona más moderna y elegante de Bilbao, se encuentra en la Gran Vía Don Diego López de Haro, la principal arteria comercial de la ciudad. Esta zona, que se caracteriza por amplias avenidas, permite descubrir singulares edificios, tiendas de moda y cafeterías tradicionales. En este barrio se aprecia claramente la transformación de Bilbao en una ciudad moderna y dinámica.
Un punto destacado de la zona es la plaza Moyúa, rodeada de edificios como el palacio Chávarri. Esta plaza conecta varias de las principales calles y se convierte en un lugar perfecto para descansar unos minutos y admirar la arquitectura. Desde este lugar, se pueden visitar también espacios verdes como el parque de Doña Casilda, un pulmón urbano de la ciudad.
Funicular de Artxanda
Subir al Monte Artxanda permite disfrutar de uno de los mejores miradores de Bilbao. El acceso se puede hacer mediante el funicular, una experiencia en sí misma que conecta el centro de la ciudad con las alturas en pocos minutos. Desde la parte superior, las vistas panorámicas son espectaculares, permitiendo contemplar el casco viejo, la ría y los edificios más modernos en un mismo escenario, una postal perfecta como recuerdo del viaje.
El mirador de Artxanda es más que un lugar para hacer fotos; es también un espacio para relajarse y disfrutar de la tranquilidad. Además, cuenta con zonas verdes y rutas para caminar, lo que lo convierte en una opción atractiva tanto para quienes buscan un plan tranquilo como para los que prefieren un poco de actividad física. Se trata de un espacio que muestra la relación de Bilbao con su entorno natural, siempre presente en la vida de la ciudad.
Gastronomía y ruta de pintxos
Tal y como hemos comentado, Bilbao es sinónimo de buena gastronomía, y los pintxos son su mejor carta de presentación, como se puede ver a través de plataformas de experiencias como Destinia.com. Estos pequeños y sabrosos bocados, que combinan creatividad y tradición, se encuentran en casi todos los bares de la ciudad. Por ello, hacer una ruta de pintxos es una experiencia imprescindible que permite probar diferentes sabores sin gastar demasiado.
El Casco Viejo y el Ensanche son las zonas más recomendadas para vivir esta experiencia. En ellas se pueden encontrar bares clásicos con pintxos tradicionales y locales más modernos que reinventan la cocina vasca. Lo mejor es recorrer varios establecimientos, pedir un pintxo en cada uno y acompañarlo con un vino, una cerveza o un txakoli, el vino blanco típico del País Vasco. En Bilbao, la gastronomía es mucho más que alimentarse: es cultura, identidad y celebración.
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