Guía definitiva para preparar una cena para San Valentín en casa [y no pifiarla]

Por Capitan_rabano @pardeguindillas

¿Te has lanzado y estás dispuesto a preparar una cena para celebrar San Valentín con tu pareja?. En ese caso, yo, hombre muy versado en estas lides, te ofrezco la guía definitiva para que todo salga bien.


Ojo, estamos hablando de que te has decidido con todas las consecuencias. Vas a cocinar, ¡no a llamar a un servicio de catering!. Si así es, entonces, ¡sigue leyendo!, porque voy a hablarte de lo que debes cocinar, cómo debes ambientar y decorar y, lo más importante, lo que debes evitar a toda costa.
1.- A evitar.
¿Qué es romántico y qué no?. Depende de cada pareja. Puede que en vuestro caso sea una cena a base de callos con garbanzos y una hogaza de pan regado todo con una caja de vino. ¿Por qué no?, no seré yo quien lo ponga en duda, quien sabe, igual os conocisteis en unas jornadas de tapeo castizo.
Yo me voy a ir a las generalidades, es decir, lo que funciona en la mayoría de los casos, por ejemplo, a casi ninguno se le ocurriría poner la tele y tener de fondo el partido de fútbol y si a ti no te parece raro y estás dispuesto a hacerlo, por favor, no continúes leyendo
Las cenas pesadas y contundentes: a ver, ¡que es una cena con tu cariñito!, no con los colegas del instituto en un concurso de zampar pizzas. Queremos evitar largas y pesadas digestiones, se trata de estar en plena forma, bien nutrido y de haber estimulado los sentidos, no la necesidad de antiácidos.
En la misma línea, evitaremos comidas que repitan o nos dejen las manos con olores que puedan ser desagradables. Los espetos, mejor en la playa, en verano.
Molestas interrupciones: La cena debe fluir, todo debe estar disponible de forma rápida. No estás en un restaurante, así que entre plato y plato no debe transcurrir demasiado tiempo porque “corta el rollo” y puede que tu pareja se beba todo el vino y la cosa acabe muy mal.
Experimentos: No es el día para probar a hacer esferificaciones si no las has hecho nunca. Mucho mejor una tortilla de patatas si dominas la receta de la abuela Paca.
No abuses de la penumbra, a no ser que el emplatado haya quedado espantoso, en cuyo caso te recomiendo una “cena a ciegas” con pañuelos en los ojos con la excusa de estimular los sentidos (buen truco, ¿eh?) para ello ten a mano un antifaz.
Sin obstáculos entre medias: Hay que facilitar la visión del otro, no es el momento de poner el candelabro de la tía Felisa por mucho que luzca.
Fuera olores que distraigan: Los únicos olores que importan son los de la comida y los del otro, así que prescinde de olores que distraigan, fuera la vela perfumada que te regalaron en la boda de la Vane y cuidado con cuánta colonia te pones.
Comidas estéticamente "comprometedoras": No es día para espinacas que se quedan entre los dientes o caracoles que no sabemos cómo sacar de su concha y no tenemos el cubierto necesario y nos arriesgamos a repetir la escena de Pretty woman.
2.- El ambiente y la decoración:
Mi lado kitsch siempre ha querido un salón lleno de espejos con un mueble bar dorado que cuando se abra, suene en toda la estancia el tema central de “Vacaciones en el mar”.
Pero hay quien considera que esto es de mal gusto…
Evidentemente no tienen ni idea…
Pero en fin, me uno a la dictadura de la mayoría y considero que la opción ganadora es montar una mesa en la que estéis juntitos, no necesariamente uno enfrente del otro. Hay que facilitar el contacto y la visión. 
No recarguéis de objetos, las manos deben tener fácil acceso al centro de la mesa y a dónde quieran ir.
Yo pondría música ambiental a un volumen bajito pero audible. Pero también para esto hay libertad, igual os gusta alguna banda metalera noruega. 
Elegiría algo elegante que te haga parecer intelectual. Por ejemplo la BSO de Bird va muy bien (no falla, guiño, guiño), pero antes, sobre todo si todavía os estáis conociendo, empóllate algo del intérprete, etc…
Las ideas para decorar en esta fecha pasan por poner un montón de cosas rojas. Vale, pero tampoco abuses. Por ejemplo, puedes poner un mantel blanco y servilletas rojas con una vajilla con detalles también rojos.
Si quieres poner o regalar flores, adelante, como si haces un camino con los pétalos, pero por favor, no en la mesa.
3.- La Comida:
A ver, se trata de que disfrutéis los dos, no sólo tú, so gañán, así que busca intereses comunes y si no los hay cede y prepara algo para tu pareja, ¡y si no estás dispuesto no haberte ofrecido a preparar la cena!
Comidas variadas y coloridas, mejor varios platos que un plato único. Incitar a compartir, a probar, comentar y tocar. 
Si soportáis el picante, es el mejor día para meterle alegría en forma de chiles rojos y comidas exóticas. Tampoco te pases, quieres que tu pareja sobreviva a la cita... ¿o no?.
El menú:
Para amenizar la espera, os propongo los grissini que publicamos recientemente.
Entrantes:
El foie es untuoso e incita a beber, es fácil de trabajar y combina muy bien.
Puedes comenzar por éstos bombones de foie O estas cucharas de foie y manzana.

La ensalada:
¿Qué tal esta de cogollos a la plancha con una vinagreta de menta?, es sencilla y se puede poner al centro desde el principio. 
Esta ensalada de bacalao, estrgagón, tomate y una vinagreta de maracuyá me parece simplemente perfecta.

A lo mejor sois de cremitas y cucharas, pues entonces os propongo dos, una más sencilla que la otra, pero ambas con resultados espectaculares.

  • Crema de marisco con colas de cigala y caviar bicolor.
  • Crema de calabaza asada al curry y estragón.


Por cierto, cuidadín con el marisco. A algunos les parece una buena opción para esta cena, pero a mi sólo me lo parece si vives en la playa y te aseguras de que las ostras están requetevivas. Es una cena que se puede prolongar mucho y las consecuencias de comer marisco en mal estado no son agradables.
Como plato principal, esta sepia apasionada es sencilla y muy vistosa Algo más complicadilla es esta mousse de merluza y gambas, pero el resultado merece la pena.Aunque si lo que quieres es conseguir un momento inolvidable, te recomiendo estas flores de calabacín rellenas de brandada y cubierntas con maracuyá. Lo difícil va a ser hacerte con flores de calabacín, pero hoy en día hay algunos sitios que las venden casi todo el año.

Ensaladas diferentes con vinagretas originales, picoteo al centro, comida fácil, de postres con chocolate y frutas, frutas rojas.
No se me ocurre nada mejor para rematar la cena que este bosque de chocolate y frutos rojos, que se come con las manos y luego se chuperretean los dedos.

4.- Qué beber:
Bueno, aquí hay libertad. Hay que beber lo que uno quiera, pero en mi opinión y si vais a beber vino, a mi me gusta cambiar, poner dos o tres vinos diferentes que evolucionen con el menú. La otra opción es encontrar un vino que vaya bien durante toda la cena, por ejemplo un cava o champagne, que además puede ser rosado para introducir matices más apropiados con algunos platos y para seguir con la línea decorativa.
Bueno, espero haber sido útil ;).