El texto que sigue a continuación es simplemente una referencia para recorrer el complejo arqueológico de Angkor. Digo que es “semi” completa porque está basada en nuestra experiencia y nosotros no recorrimos todo ni de todas las maneras posibles. Esperamos que les sea útil y que puedan disfrutar de este lugar como lo hicimos nosotros. ¡Buen viaje y mucha magia en el camino!
¿Qué ticket comprar en Angkor?
Unos metros antes de ingresar al complejo de templos de Angkor, debemos desviarnos para comprar el ticket de ingreso. Se puede comprar el ticket por 1, 3 y 5 días, siempre durante el transcurso de una semana. Nosotros optamos por comprar el pase de tres días en una semana. El complejo es muy grande y, si bien se pueden visitar los principales templos en un solo día (y a las corridas), recomendamos realizar una visita bastante completa en tres días. Para aquellos que estén muy interesados en los templos y su historia, pueden optar por el ticket de una semana y recorrer todo el complejo, hasta los templos que se encuentran alejados de la zona principal.
El complejo permanece abierto desde las 5 de la mañana hasta las 18.30.
El valor del ticket es (noviembre 2011):
1 día: 20 dólares
3 días: 40 dólares
5 días: 60 dólares
¿En qué recorrer el complejo?
Existen varias formas de recorrer las ruinas de Angkor. Pueden contratar una excursión e ir en un bus/combi con aire acondicionado y un grupo de personas. Pueden contratar un taxi o auto privado por todo el día y convenir un precio y un tiempo de recorrido con el conductor. Pueden arreglar tiempo y precio con un conductor de tuc tuc, que están en todos los hoteles y guesthouse de Sean Reap, en el centro y en cualquier agencia de turismo. O pueden optar por el método más barato y sano que es la bicicleta! Nosotros elegimos esta última opción y fue una linda experiencia.
Como teníamos el ticket de tres días y estábamos muy a gusto en Sean Reap, nos quedamos siete días en la ciudad: el primero nos acomodamos; el segundo alquilamos la bici e hicimos nuestro primer día por el complejo; el tercero descansamos; el cuarto fue nuestro segundo día en Angkor; el quinto volvimos a descansar; el sexto fuimos por última vez a las ruinas y el séptimo volvimos a descansar. No nos queríamos agotar…
El complejo se encuentra a 8 km de la ciudad de Sean Reap, así que solíamos desayunar bien potente (por un dólar o un dólar y medio) a eso de las 9 de la mañana y a eso de la 10 emprendíamos el camino de los 8 km que nos separaban de los templos.
La vuelta casi siempre era de noche y solíamos parar en un barcito, antes de llegar a la habitación, a tomar una cerveza (0,50 centavos de dólar, el chop) con unos maníes. Fue una semana con pequeños placeres.
¿El amanecer o el atardecer?
Nosotros sólo pudimos ver el atardecer un día porque, como algunos ya saben, es imposible que Dino se levante temprano para ver el amanecer. Y en este caso era muy temprano. Así que uno de los días que estábamos por ahí decidimos quedarnos y subir al templo de Phnom Bakkheng, en una colina, desde donde, se suponía, se podía observar un lindo atardecer. Para subir a ese templo existe la posibilidad de hacerlo en elefante. Nunca vamos a entender por qué la gente paga y usa a esos animales para realizar un recorrido que, perfectamente, se puede hacer a pie.
No es que no fue linda la puesta del sol, pero la verdad es que no fue nada espectacular, ya que no se ven los templos, sino mucha vegetación. Esta experiencia y las fotos sobre amaneceres que vimos en otros blogs, nos hace recomendarles que hagan el esfuerzo de levantarse temprano y ver el amanecer con la figura de Angkor Watt, que es el templo más emblemático del complejo y el que figura en la bandera de Camboya.
¿Dónde comer dentro del complejo?
A lo largo del todo el circuito podemos encontrar puestos de comida y de bebidas cada pocos metros. Eso sí, son más caros que los mismos puestos fuera del complejo o en la ciudad de Sean Reap. Para los viajeros con bajo presupuesto es una opción llevar un poco de pan y queso para preparar unos sándwiches en el camino, bajo la sombra de algún árbol. Sí recomendamos saborear las riquísimas piñas (ananá) que venden en el camino. Son ricas, están frías y refrescan mucho. Además, es interesarte ver cómo las pelan y preparan para el viajero.
Eso sí, cada vez que frenen sus bicicletas por algún motivo, un batallón de mujeres y niños correrá hacia ustedes para ofrecerles de todo: comida, bebida fría, piñas, libros, recuerdos, postales, etcétera.
¿Qué templos visitar?
La ciudad de Angkor fue la capital del imperio Khmer desde el siglo IX hasta principios del siglo XV. En el siglo IX, el rey Jayavarman II se declaró devaraja (rey-dios) y decidió construir varios templos para reforzar su imagen de ascendencia divina. Esta tradición la continuaron sus sucesores y por eso la zona presenta muchísimos templos, de distintos tamaños y estilos. El más grande, el que mejor se conserva y el que se transformó en símbolo de Camboya es el Templo de Angkor Wat.
Existen dos circuitos principales: el circuito chico y el circuito grande. También hay algunos templos mucho más alejados (a unos 40 km) y un pequeño grupo de templos más pequeños al este de los circuitos principales. Nosotros hicimos el circuito grande el primer día y el circuito chico, el segundo día. El tercer día recorrimos algunos templos que nos habían quedado en el camino y volvimos a los que más nos gustaron.
En el mapa se pueden ver el circuito grande, en azul (26 kilómetros) y el chico, en rosa (17 kilómetros), que se unen en un punto y comparten camino. Lo que está en celeste es agua.
En el circuito grande, apenas ingresamos le pasamos por al lado al complejo de Angkor Wat, el más visitado y fotografiado, porque giramos hacia la derecha. Siguiendo el camino, pasamos por algunos templos menores y nos detuvimos en el Pre Rup, Ta Som y Preah Neak Pean. El de Ta Som fue el que más nos llamó la atención porque fue la primera vez que veíamos cómo los árboles se fueron “comiendo” los templos y sus raíces “mantienen atrapadas las rocas”. Pero no será la última vez, ya que este efecto de la naturaleza sobre las rocas se puede apreciar en gran parte del camino y en otros templos, sobre todo en el de Ta Prohm. En este último, suele haber tanta gente para sacarse fotos que hasta pusieron una especie de tarima y cordón, lo que “arruina” bastante las fotografías. Si viajan por su cuenta, en bicicleta o tuc tuc, es conveniente esperar hasta que se vayan los visitantes que llegan en tours organizados para poder apreciar el lugar, ya que con mucha gente se pierde un poco la magia.
Luego visitamos Preah Khan e hicimos el ingreso a Angkor Thom por la puerta norte.
Si bien la estrella del lugar es el templo de Angkor Wat, a nosotros nos gustó mucho más el templo de Bayon. Últimamente, me pasa que cuando veo la imagen de un lugar muchas veces, suelo decepcionarme un poco cuando lo conozco “en persona”. Creo que eso me pasó con Angkor Wat y por eso me gustaron tanto otros templos y no el más famoso, aunque, no lo voy a negar, es un lugar hermoso y con una arquitectura para admirar.
Bayon se encuentra en el centro de la ciudadela de Angkor Thom y presenta 216 caras de Avalokiteshvara (el Buda de la compasión). Por si estas caras no fueran suficientes, en cada una de las cinco entradas a la ciudad fortificada también hay otras caras que custodian la entrada y salida del recinto.
Dentro de Angkor Thom se pueden ver también la terraza de los elefantes y la terraza del rey Leper, pero esto lo exploramos mejor al segundo día.
Si seguimos por el camino principal, cruzamos la puerta sur de Angkor Thom, vemos algunos templos más como Ta Prohm Kel y antes de llegar al lugar de donde partimos pasamos por la “entrada” de Angkor Wat. Nosotros nos dimos cuenta de que estábamos ahí por la cantidad de gente, de taxis y de tu tuc acumulados. Justo era el atardecer y el sol le propiciaba un color hermoso. No entramos, sólo retuvimos ese color en la retina y seguimos camino a Sean Reap. El segundo día sería su turno, ya que comenzamos la visita por Ankor Wat y luego nos perdimos por los caminos para ir descubriendo los templos sin saber muy bien con qué nos íbamos a encontrar. El tercer día comenzamos por Bayon, en Angkor Thom y volvimos a perdernos entre la selva para explorar de otra manera el lugar. Muy recomendable.
Les compartimos algunas fotos del recorrido en este link.
Buen viaje y mucha magia en el camino!!
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