-¿Cómo te definirías dentro del universo de la música y todas facetas que tienes dentro de la industria?Me definiría como “adaptable”, es algo que valora mucho la gente que viene a trabajar conmigo ya que sabe he estado en muchos puestos: músico, compositor, cantante, productor, ingeniero de grabación, mezcla o master... también he tenido mi propio sello y me he autoeditado, así que puedo entender la música desde varias perspectivas, cosa que me ayuda mucho a la hora de desempeñar mi trabajo principal, que ahora mismo es producir discos. Me es fácil meterme en la piel de otras personas porque yo también he estado ahí, yo también he entrado con muchas inseguridades a grabar mis propias canciones en un estudio ajeno. Así que nada mejor que encontrar a alguien que sabe cómo te sientes.
-A la hora de hablar de Álamo Shock ¿Qué destacarías de las últimas incorporaciones de equipo?Siempre estoy renovando equipo, nuestro estudio está mutando constantemente pero hay máquinas te cambian tu sonido o tu forma de trabajar de una manera muy marcada. Hace un año y medio que tengo mi querida consola Trident, que me diseñaron en Londres y construyeron siguiendo mis necesidades en Los Ángeles. Tiene una serie de modificaciones que la hacen única y que son la base de mi sonido. Otra cosa que uso mucho, especialmente en mezcla y mastering, es un ecualizador que diseñé junto a un técnico residente en Oxford que es de las cosas más bonitas que he oído. O el Magnetófono Studer A810, todo lo que sale de aquí ha pasado por sus cintas. Y a nivel instrumental llevo varias semanas que no me despego de mi nuevo Sequential Pro 3, un sintetizador analógico que suena de lujo. Lo bueno de este estudio es que puedes venir con las manos en los bolsillos y marcharte con un disco acabado. Todo lo que tengo está a disposición de quien me contrate y me encanta descubrir a otra gente mis cosas y que las disfruten como yo lo hago.
-¿Cómo entiendes la figura del productor?Como el nexo de unión entre el artista y el oyente, el que transforma las ideas en canciones que disfrutar. Eso en términos generales, pero es un trabajo lleno de detalles, muy complejo, que se tiene que basar mucho en la intuición, la empatía y el diálogo mutuo. Un productor no es mejor que un artista, ni un artista que un productor, lo que manda es la canción y eso es algo que hay que tener muy claro.
-¿Tienes algún libro de referencia de los creados por productores o que sean grabaciones en estudio?Leo todo lo que cae en mis manos. No soy de los que creo que sólo hay una manera de hacer las cosas y por eso me gusta escuchar las máximas opiniones posibles. La música es algo muy amplio y encasillarse en un tipo de producción o sonido te convierte en alguien caduco. Ahora mismo voy de viaje y tengo aquí The Producer’s Manual, de Paul White, es un libro que empieza desde cero, es como si estuviese estudiando sonido de nuevo. Me gusta mucho por eso, porque siempre hay detalles que habías pasado por alto buscando información más compleja, así que está siendo muy refrescante leerlo. Uno que recomiendo mucho a nivel más avanzado es Recording Huninged, de la productora Sylvia Massy, que te enseña curiosidades a priori poco correctas técnicamente pero que producen resultados maravillosos. Además ella es ilustradora y el libro es una delicia visual.
-Se ha podido leer tu nombre en varias producciones que están saliendo recientemente ¿Cómo gestionas el trabajar con tantos proyectos?Para eso me ayuda mucho Aitana, mi mitad en Alamo Shock, que es la que ordena fechas y calendarios. Planificamos todo muy bien y nunca se me juntan los proyectos ya que reservamos días para hacer cada cosa. La clave de todo esto se resume en siempre entregar el trabajo en la fecha en la que te han pedido que lo hagas. Me parece esencial. No imaginas la de gente que he visto que entrega todo con semanas e incluso meses de retraso cosa que, además de parecerme una falta de respeto total por el artista, siempre degenera en caos. También cuenta con que Álamo Shock está hecho a mi medida con los instrumentos y maquinaria necesaria para tener el sonido que necesito en menos de dos minutos, tengo todos los cables ya ruteados y está todo enchufado a la consola Trident, así que tengo una técnica bastante eficaz y voy ágil. Fue un trabajo grande diseñar y montar las conexiones del estudio pero sin duda mereció la pena ya que ahora rara vez me ves perdiendo el tiempo con los cables.
-A la hora de hablar de producción ¿Cómo sueles “estudiar” ante lo nuevo que llega?Tengo un sistema curioso, o eso me han dicho otros compañeros, que es que lo produzco todo en mi cabeza. Escucho las demos del grupo, intercambio ideas con ellos/as pero luego tiro mucho de intuición e intento visualizar el disco terminado. Es entonces cuando empiezo a ejecutar con las manos y orejas para llegar a eso que tengo en la cabeza. También me gusta mucho hablar con el grupo de cosas que no sean meramente de música, les estudio, les pregunto en qué trabajan, qué cine les gusta, si tienen familia o no, si viajan y a dónde, cosas así. Me ayuda a entender a la persona que hay detrás de esas canciones y a crear el mejor traje para él. Una producción tiene mucho de sastre: hay que poner tu toque personal pero tienes que tener en cuenta que el traje es para otra persona, no para ti.
-¿Qué opinas de los home studios? ¿Se adquiere un buen sonido si una canción se gesta en ellos sin pasar por otro tipo de estudio?Un home studio no tiene nada de malo, con un equipo mínimo puedes hacer grandes cosas. La gran diferencia es quién maneja ese equipo, y remarco que esto es una gran diferencia porque he visto pequeños estudios caseros con un equipo magnífico pero una acústica terrible, y así no puedes trabajar porque la escucha que tienes está totalmente falseada pero es algo de lo que no se dan cuenta, o alguien que tiene un buen previo y micro pero no es la elección más adecuada para su manera de grabar, o el fallo más común, que es que sobreproducen sus propias canciones añadiendo pistas innecesarias porque no consiguen que el sonido les llegue. Hay un escenario muy habitual que es que los grupos se graban en casa y luego me llaman para que lo haga sonar limpio y grande, o contundente, o elegante, pero a medida que voy abriendo las pistas que me mandan y tratándolas empiezas a escuchar todas las carencias en cuanto a técnicas de grabación. Cosas que ellos mismos no oyen en su casa: chasquidos y ruidos desagradables en la voz, guitarras con muchísimo ruido de fondo, sintetizadores sin vida, baterías de samples que intentan imitar baterías reales con poco acierto, bajos sin cuerpo o totalmente pasados de graves, el zumbido del ordenador que se mete en algún micro, el rebote acústico de las paredes o ventanas que hace una pelota en la zona de medios al grabar voz o algún instrumento acústico... en fin, cosas que luego limitan el acabado de la canción. Es un techo de cristal que los propios grupos se ponen. También he oído grabaciones muy buenas, pero sinceramente, suelen ser una de cada diez, y suelen venir de alguien que ha aprendido cierta técnica. Grabar es muy fácil, pero te aseguro que grabar bien no tanto, a mí me ha costado muchos años darme por satisfecho con mi propia forma de grabar. De todas maneras yo no soy de esos que dicen que algo suena bien o mal, no hay bien o mal en esto pero sí puedo decir cuando algo suena feo o no.
-Como fan de los sintes y teclados ¿Cuál es tu favorito? ¿Cuál te gustaría añadir?Si mi casa ardiese y sólo pudiese rescatar uno sería el Roland Juno-60. Lleva conmigo muchos años y sale casi que en todos los discos que produzco. Otro que es su amigo inseparable es un Waldorf Pulse que me compré hace más de 20 años e una tienda de intrumentos en la que trabajé, es un analógico que tiene un sonido muy especial. Lo he usado mucho. También el Korg Polysix, Moog Source y el Yamaha DX7 me han dado muchas satisfacciones. Y de los modernos el Sequential Pro 3 que te dije antes y el Novation Peak, que es un digital que me encanta.
-¿Qué opinas del Kemper y de las librerías de ritmos pre grabadas para producir un disco?El Kemper lo tengo y lo uso a menudo, cuando el grupo tiene un presupuesto limitado es una bendición. Cuando se puede ir con tiempo siempre prefiero grabar amplificadores a la vieja usanza, por aquello de explorar, y encontrar una sonoridad única, pero aún así siempre hago una copia del sonido en el Kemper, así si el ampli explota (no es broma, hace un par de años se me incendió un antiguo Sinmarc mientras grabábamos), puedo seguir usando aquel sonido en el Kemper. Es un salvavidas.
-¿Cuándo consideras que un disco está terminado?Cuando me emociono al escuchar el resultado. Esa es mi máxima. Si no me emociona necesita más trabajo.
-¿Qué consejo le darías a los músicos que entran por primera vez al estudio?Que se dejen aconsejar, que para eso han ido a un estudio con alguien a los mandos que se dedica a eso. Y que vengan con sus deberes hechos para no perder tiempo. Hace poco escribí cincuenta consejos, que son los que suelo decir a la gente que pasa por aquí. Están en tiny.cc/cincuentaconsejos
-Gracias por la entrevistaA ti!