Escrito de Guillermo Gutiérrez a todos los trabajadoresView more documents from JackDaniels. Guillermo Gutiérrez se ha debido creer Scheherezade. En cinco años no se ha dirigido ni una sola vez a los trabajadores y en los escasos dos últimos meses ya lleva tres cartas consecutivas sin mediar respuesta. Es el único tipo de comunicación que este imputado de no respetar los derechos constitucionales concibe: la de sólo ida y jamás vuelta. Por eso es tan mal negociador, porque no está preparado para recibir contestación alguna. Pero como hay que justificarse antes de que el sultán Shahriar, o sea el alcalde, se aburra y lo mande decapitar al despuntar el día, a Gutiérrez le ha dado ahora por escribir cartas que cuentan historias que no se las cree nadie. Puede que a los propósitos del sultán le satisfagan las misivas, pero dudo mucho que surta el mismo efecto entre los trabajadores. Sencillamente porque a Guillermo Gutiérrez no lo creen en Tussam ni los suyos, que ya es decir. Comienza el escribidor intentando sembrar dudas sobre la labor de los sindicatos aduciendo que le consta que la propuesta de la empresa no ha llegado a todos los trabajadores. No sé quien informará a este juglar de última hora sobre los asuntos de la empresa que él mismo dirige –nunca sabe lo que ocurre en su seno-, pero el que lo hace ha de tener alguna intención perversa, porque jamás da en el clavo. Los trabajadores sabemos perfectamente qué se propone Gutiérrez, si será que lo sabemos que hasta estamos dispuestos a hacer una huelga para evitarlo. Aquí el único que parece no haberse enterado de nada es él. No quiero entrar en analizar la propuesta –para eso ya están los sindicatos-, pero sí detenerme en algunos aspectos que sí llaman mi atención. Lo primero la hipocresía cuando afirma que aquí no sobra nadie. Se equivoca de cabo a rabo, aquí sí sobra gente en concreto él y su gerente, que son en buena medida los responsables de haber llevado a la empresa a la ruina más absoluta. Aboga por “la supresión de los servicios no rentables y no justificados socialmente”. ¿Se refiere a aquellas líneas que se han estado montando durante años sin ningún estudio previo de viabilidad, sólo por capricho del político de turno que después se lleva la correspondiente foto de rigor? ¿Por qué no se negó en su momento y no ahora? Seguramente porque el de la foto ya no está y no va a volver a estar nunca más. Este es el criterio empresarial de este señor, todo un profesional. Lo que entiende como “soluciones rápidas y flexibles a nuevos planteamientos”, y sobre todo el ejemplo que pone, la línea C7, pasará a la historia como el mayor descalabro y ridículo de una institución en el transporte urbano de superficie. Si el tinglado que montó con la C7 es el ejemplo de gestión austera y eficaz del que nos habla, apañados vamos. Además, el escrito prueba que Guillermo lee este blog. Quién lo iba a decir. Califica la huelga del Domingo de Ramos como innecesaria y se defiende diciendo que no es el responsable de su convocatoria ni de su desconvocatoria, como mantiene este blog desde el principio. Y no, señor Guitérrez, no trate de engañarnos. Los responsables sindicales no abandonaron la última reunión a los dos minutos de iniciarse. Eso le vale para justificarse en los medios voceros que usted paga con el dinero de todos los sevillanos. Quienes trabajamos aquí sabemos que fue su actitud prepotente, saltándose a la torera las instrucciones de su partido, la que causó que ni siquiera hubiese reunión. A usted no lo plantó nadie, porque usted es el primer interesado en que se hiciera esa huelga, como lo está en que Sevilla tenga una feria sin autobuses. Porque usted hace ya tiempo que mató el oso y ahora pretende vender su piel al precio más caro posible. Ya sólo le queda que, como en el cuento, el sultán lo haga su concubina para que alcance la felicidad eterna.