PUBLICADO POR EL NUEVO HERALD
GUILLERMO DESCALZI
Ecos de 1968. Las protestas abundaban. Danny el rojo aparecía en París, Rudy el también rojo en Berlín, y aquí en Estados Unidos los hermanos Berrigan. Las protestas de hoy, como las de entonces, brotan tanto en Europa como Estados Unidos. Los descontentos abundan. Unos ocupan Zucotti Park en Wall Street. Surgen movimientos de ‘ocupación’ en otras ciudades del país. En Oakland, Portland, Denver chocaron con fuerzas del orden.Recuerdo las protestas durante la guerra de Vietnam. Desarticularon los gobiernos de Johnson y Nixon. ¿Se tornará el descontento de hoy como aquel? En noviembre del 68 el país había elegido a Richard Nixon. Hoy se le recuerda como el único presidente en renunciar al cargo, pero eso es lo de menos en su legado. Fue autor de la apertura china, y facilitador del crédito y dinero depreciado, cosas que posibilitó al quitar el dólar del patrón oro. La apertura china nos dio acceso a su mano de obra barata, que eventualmente succionó gran parte de los trabajos aquí. La estrepitosa caída del dólar puede trazarse directamente a su apertura al crédito fácil y dinero depreciado.Esta crisis y sus descontentos son hijos de Nixon. En 1970 el 1% más alto en el país ganaba $25 por cada dólar del asalariado promedio. Hoy la relación es de 90 por uno. Por cada cien dólares de la clase media, el 1% superior gana nueve mil. En los últimos 40 años ese 1% superior se llevó el 80% de todo el crecimiento económico. El resto se repartió entre el 99% de la población. No sería problema si el 1% hubiese empleado sus ganancias con sabiduría, pero todos somos conscientes de lo que pasó. El 1% superior no solo se llevó el 80% sino que creó esquemas financieros tan exquisitos que llevaron a la desaparición del 20% que le quedó al 99% menos privilegiado.La situación es crítica. Exige remedios prácticos. Los partidos políticos se la pasan argumentando mientras inventan remedios no solo falsos sino, más aún, contraproducentes. En el caso de Obama, de los billones para su ‘rescate’ financiero salieron 150 mil millones en una repartija de bonos entre ejecutivos de Wall Street, mientras al público le abrían crédito a cuentagotas. El trickle down economics no solo no trickeleó sino que culminó con una drástica reducción, en constante aceleración, de la clase media.El legado político de Nixon desemboca directamente en la crisis actual. Quienes prometen empleos saben que no los habrá porque no queda suficiente industria aquí. Aquila non capit musca. El águila no caza moscas, dice un dicho romano. Pues entonces el águila americana tendrá que pasar hambre porque las presas mayores se están yendo de EEUU mientras las moscas quedan.La crisis se acerca a un punto de quiebre. Necesitamos romper esquemas inoperantes de gobierno tras gobierno de Nixon para acá. La izquierda ha demostrado su inutilidad, la derecha su ceguera. Se necesita unirlas. Se necesita en la presidencia alguien capaz de convocar la voluntad nacional.Se dice que los liberales funcionan con corazón, los conservadores con cabeza. Pues se necesitan ambos. Se dice que quien ríe último ríe mejor. Hoy son incontables las áreas en que hemos perdido la capacidad de reír. La carrera espacial la emprendimos para ganar a los soviéticos. Hoy para llegar a la estación espacial dependemos 100% de los rusos. La cuna del capitalismo, Estados Unidos, depende de préstamos de la comunista China para dinero contante y sonante. Antes vendíamos al mundo. Hoy compramos del mundo entero. La lucha de clases era usada por la ultraizquierda para llegar al poder. Hoy es insinuada por la ultraderecha como razón para volver al poder. Dicen: “¡Cuidado, que se viene la lucha de clases! ¡Hay que reemplazar al socialista en la Casa Blanca!”Hay que tener visión clara. Nos hemos convertido en el país con mayor polarización entre las naciones industrializadas de Occidente. Los de abajo culpan a los de arriba, los de arriba a los de abajo, y todos se exceden. Se excedieron los de abajo prestándose dinero. Se excedieron los de arriba prestando ese dinero. Se excedió el mundo financiero con instrumentos esotéricos con poco o nada de respaldo. Se excedió el mercado de capitales ante las increíbles ganancias que prometían esos instrumentos. Se excedieron los republicanos con su terquedad universal. Se excedieron los demócratas con su pecado original. Se excedieron todos. Nos excedimos. Se excedió el país. Ahora hay que prepararse para lo que se viene porque la ciudadanía está encabritada y nadie, nadie, puede dar nada por seguro en los tiempos que se avecinan.
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