Gustav Klimt (1862-1918) fue un pintor vienés, miembro fu...

Por Stern @nesuispasjuliet
Gustav Klimt (1862-1918) fue un pintor vienés, miembro fundador y presidente de la  Wiener Sezession (la secesión *vienesa), grupo de artistas que al 1897 surgió como una alternativa independiente a la academia  vienesa y que tenían como objetivos principales, la promoción de artistas jóvenes, la exhibición de las obras producidas fuera del país y la publicación de una revista sobre las principales obras creadas por los artistas de la secesión. Durante esta etapa, Klimt pintó obras tan importantes dentro de su carrera como " el friso de Beethoven" y el "*Nuda Veritas".
A pesar de moverse siempre entre el terreno de las vanguardias, nunca va *pertanyer de forma total a una de ellas ( a pesar de que su simbolismo es muy acentuado), y su lenguaje fue totalmente original y fiel a sí mismo, reuniendo singularidad de estilo y sinterización de casi todas sus inquietudes, lenguajes y tendencias de la  Europadel cambio de siglo en su obra.
Crea un mundo propio de simbolismos. Su objetivo artístico es un arte idealista y referencial, liberado de compromisos, investigando profundamente en la identidad de su tiempo.
Como eje principal de su obra encontramos de forma muy clara, la omnipresencia del mundo femenino, representando todo aquello enigmático, aquello que no se puede someter a la razón ni a la ciencia , aquello puramente simbólico; además, la sexualidad y el erotismo artístico acontecen leiv motiv de su obra, mucho antes de que que surgieran los expresionismos y el surrealismo. Sus obras, llenas de vida, al mismo tiempo nos muestran la muerte, los ciclos vitales de la humanidad y el significado de la propia vida.
Influencias directas del estilo bizantino en el aspecto decorativo de sus pinturas, y los tonos dorados, normalmente creados con estampación de pan de oro
Acabó siendo influencia directa de los modernistas.


Planteada como segunda parte de la pintura también de Klimt " Serpientes acuáticas", realizada al 1904 y re-eleaborada tres años más tarde, esta nueva obra, exalta mucho más la sensualidad que no a la primera parte, donde era parcialmente depurada, más sutil.

La posición de la obra, también cambia en este caso, de vertical a horizontal, dando así una sensación más profunda de languidez, como si los cuerpos realmente hicieran referencia directa a la ondulación y longitud de las serpientes acuáticas, dotándolas del simbolismo de sirenas modernas.
Hay que tener en cuenta que no sólo el movimiento sensual que ha querido mostrar Klimt a primera vista, comporta toda la carga sexual de el cuadro, puesto que, siguiendo las teorías de pensamiento de Freud, sobre el psicoanalisme y la sexualidad, las serpientes, asociadas al agua, atribuye a la composición un alto grado de sexualidad casi explícita en las cuatro figuras femeninas que llenan la superficie, entreligandose con las algas del agua, entre la demasiada de sus propios cuerpos y los de sus compañeras y los cabellos, también dotados de una gran carga erótica en si mismo por el simbolismo y el color de tonalidades rojizas. Y toda la obra de Klimt sigue esta línea de pasión, erotismo, feminidad y colores vibrantes con influencias bizantinas... y ese universo, tan propio, tan diferente, tan atrayente, no hace más que cada día que pasa le ame más y más, teniendo algo en sus obras que me atrapa, me envuelve y me obsesiona.