Gutiérrez a secas, de Vicente Battista
Hace algún tiempo que quería leer esta novela. No había leído nada de Vicente Battista, pero de él se dice que es una de las voces más importantes de la literatura argentina contemporánea (lo que es bastante decir). La novela me había llamado la atención por una razón de peso, casi automática, para que me llame la atención cualquier libro, película u obra de teatro: es la historia de un escritor. Gutiérrez (a secas) es, concretamente, un negro literario, un ghostwriter, un escritor por encargo cuyo nombre no ha aparecido jamás en la portada de ningún libro.
Me leí el libro prácticamente de un tirón, pero me cuesta hacerme a la idea de que sea una novela. Para mí, Gutiérrez a secas es un cuento largo, muy largo, pues todo el peso de la historia recae en un solo personaje, y ésta gira en torno a él de manera absoluta. Por otra parte, al ser Vicente Battista un escritor, fundamentalmente, de literatura policial, tenía la expectativa de que ésta fuera una novela policial, y no lo es. En fin, que ahora investigando la cosa -lo cual pude haber hecho antes-, veo que no estoy descubriendo el agua tibia, el propio escritor lo ha dicho:
“soy devoto de la literatura policial, y, de hecho, creo que toda novela tiene algo de policial. Y decidí que mi próxima novela no sería policial. Se me ocurrió el principio y el final, lo cual me hizo pensar que estaba pensando en un cuento, y si te fijas, Gutiérrez… no deja de ser un cuento. Pensé en una novela donde el escritor no es del todo omnisciente, muchas veces a lo largo de la novela el autor (yo) dice “bueno, no sé, habría que preguntárselo a Gutiérrez”.
(Entrevista en el Portal Informativo de Casa de las Américas)
De cualquier modo, Battista posee un estilo diestro, con el cual lleva a cabo satisfactoriamente una historia que, en manos de otro escritor, con toda certeza sería un pastel. La historia elegida por Battista es difícil de ser contada; es la historia de un personaje gris, solitario, cuya existencia, en términos generales, es monótona y repetitiva, y sin embargo, Battista logra contar esto de un modo tal en que se convierte en una trama intrigante, manteniéndonos al borde de la página con expectativa.
Aunque sigo difiriendo en que sea una novela, recomiendo este libro, en especial a aquellos que comparten con Battista el sufrimiento ante la página en blanco, y, sobre todo, a quienes guarden en su disco duro una “novela secreta”.