GYOZAS DE VERDURAS Y LANGOSTINOS CON SALSA DE KIBUCHI Y SOJA (Cena#70)

Por Rodrigo Rodrigo Martin Antoranz
Llegó la hora de volver. Y de atarme el mandil más fuerte que nunca para afrontar esta nueva era culinaria y vital. Duros momentos han tocado (y tocarán) vivir pero la cocina será mi mejor terapeuta. En todo este torbellino de emociones, mi esposa me regaló un curso de cocina japonesa caliente que supuso todo un aliciente para sacar la cabeza, afilar los cuchillos y retomar esta pasión cocinera. Iré subiendo poco a poco mis versiones de lo que aprendí (con sus correspondientes comparaciones cinematográficas) y empiezo por estas Gyozas impresionantes. Todo un aperitivo nipón que contiene la esencia de su cocina. Venga, que esto ya está en marcha, lo voy a gritar como nunca: ¡¡¡¡Mandiles arriba!!!!

INGREDIENTES (10 personas)
500 grs de colas de langostinos peladas
1 col china
2 Pak Choi
Cilantro fresco
Salsa de soja
Aceite de sésamo
10 obleas para Gyozas
Para la salsa
Salsa Kibuchi No Moto
1 chorrito de Brandy
1 chorrito de salsa de soja
Sésamo negro

Tiempo: 20 minutos


Entiendo, porque a mí me pasó, que uno lee estos ingredientes y se vuelve loco. ¿Dónde se consigue eso que apenas sé escribir como Dios manda? Cada vez hay más tiendas especializadas, dado el boom de la cocina japonesa. En Madrid hay una tienda al por mayor, fabulosa, donde podemos encontrar todos los elementos necesarios para volvernos unos cracks del recetario oriental: "IberoChina" (http://www.iberochina.com) Ya os digo que entráis (o pedís por teléfono) y salís con un arsenal de productos bajo el brazo...
Volvemos a la receta que es algo larga, pero sólo la primera vez, luego ya irás de forma mecánica. Las gyozas son una especie de empanadillas que podemos rellenar con lo que más nos guste: carne, marisco, verduras... Yo os pongo la versión aprendida en el curso de The Kitchen Club (con gente estupenda) y luego ya cada cual, tira de creatividad o de despensa. 

Pak Choi


En un bol picamos la col china, el Pak Choi (que es una variante de col, muy parecido a una acelga), las colas de langostino y el cilantro (al gusto, yo recomiendo bastante) 
Le añadimos un chorrito de aceite de sésamo (cuidado, que tiene mucho sabor) y un chorro generoso de salsa de soja. Id probando el punto hasta dar con el sabor deseado. Mezclamos bien. Lo tapamos con papel film y lo reservamos unos minutos en la nevera.

Relleno preparado


Sacamos nuestras obleas para Gyoza. NOTA: Suelen venir congeladas, así que habrá que descongelarlas el día de antes en la nevera. Colocamos una en la palma de la mano y la humedecemos ligeramente con agua (como con las empanadillas), eso nos servirá para sellarlas bien.
Colocamos una cucharadita de nuestro relleno dentro y lo cerramos. Ahí ya entramos en otro terreno. Probad distintos cierres que se asemejen a los que conocemos: en saquito, con ondulaciones... Lo interesante es que queden bien cerrados y lo demás es ir experimentando. 

Cortamos unos trocitos de papel de horno, que usaremos para colocar las Gyozas en la vaporear y evitar así que se nos peguen.
Ponemos un cazo con agua y sobre él, la vaporera de bambú. NOTA: Obviamente, valdrá cualquier otro método de vapor, el que tengáis por casa, pero lo suyo es tirar de herramientas originales. Que además se consiguen muy fácilmente y son bien baratas.

Vaporera de bambú

Cuando el agua esté hirviendo colocamos con cuidado las Gyozas en los dos pisos (que no se peguen unas a otras) y las dejamos cocinar al vapor 5 minutos.

Gyozas ya cocinadas

Durante esos 5 minutos, preparamos la salsa. Muy sencilla y de sabor sorprendente y con un toque picante delicioso. Para ello necesito hacernos con la salsa Kimuchi No Moto (o Kimchi Sauce). Echamos en un bol unos 100 gramos y añadimos un chorrito de Brandy y otro chorrito de salsa de soja. Batimos bien y listo. De verdad que merece la pena probar esta gran mezcla.

Sólo nos queda rematar la receta, usando una técnica japonesa. Ponemos una sartén a calentar con una cucharada de aceite de oliva.  Cuando esté caliente vamos pasando las Gyozas por el fuego, pero sólo la base, para que tenga un punto de crujiente en boca. Y apenas unos segundos. 
Emplatamos estas pequeñas joyas. Para ello disponemos un plato hondo y echamos unas cucharadas de nuestra salsa especial. Colocamos un par de Gyozas, espolvoreamos con sésamo negro y decoramos con unas hojitas de cilantro. De ese modo creamos una fantasía óptica al homenajear de alguna forma la bandera de Japón en la mesa. 
No tendréis tiempo para fotos, esto se come caliente y no podréis contener el ansia por devorarlas. Coged unos palillos y sacad el samurai hambriento que lleváis dentro.
¡Que aproveche, hitchcookianos!