El significado o interpretación de este evento ha variado en diversas culturas; sin embargo, en la mayoría de ellas se reconoce como un período de renovación, de fiestas y celebraciones. Para los pueblos inca y mapuche por ejemplo, significaba la celebración de un año nuevo, puesto que tras la noche más larga del año todo comenzaría a brotar nuevamente. Entretanto, para los maoríes representa el momento en que el dios Sol vuelve de su viaje hacia el norte junto a su novia de invierno (Matariki) para retomar el camino que lo llevará al encuentro de su novia de verano (Hineraumati).
En la antigua Grecia, el culto a Dionisio - que se celebraba durante el invierno - era para propiciar la fertilidad y la prosperidad en medio de festejos. Mientras tanto, en Roma las fiestas Saturnalias (que duraban una semana en honor al dios protector del naturaleza, Saturno) se celebraban con grandes fiestas y banquetes donde los amos servían a sus esclavos y estaban prohibidas las actividades comerciales y laborales.
Así, en los mitos solares de las culturas antiguas, la presencia de un dios joven que cada año muere y resucita, encarnando en sí mismo los ciclos de la naturaleza, ocupa un lugar central. No es casual, entonces, que durante el invierno del Hemisferio Norte (verano en el Hemisferio Sur) se lleva adelante la celebración de la Navidad cristiana, coincidiendo esta fecha con la que los romanos celebraban el Natalus Solis Invicti (el nacimiento del sol invencible) un culto muy difundido y popular que los cristianos no habían podido lograr erradicar.
Con la llegada del invierno, algunos vegetales dejan de encontrarse en la verdulería y los supermercados, dando paso a otras frutas y hortalizas de estación.
Si bien hoy en día conseguimos productos congelados, de invernadero o cultivados con nuevas tecnologías durante todo el año, lo más recomendable es consumir los productos de estación porque abundan en ese momento del año y eso los convierte en alimentos disponibles y con precios más acomodados. Además, el sabor de un vegetal cultivado con técnicas orgánicas o poco invasivas no puede compararse con el de cualquier otro que podamos conseguir congelado o producido con técnicas, cuanto menos, cuestionables para la biodiversidad y nuestra salud.
Aquí les dejo un listado con algunos de los vegetales que podemos encontrar en la verdulería durante el invierno.
Prueben nuevas y viejas recetas. Preparaciones deliciosas que heredamos de nuestras abuelas o platos novedosos con los productos de siempre.
El calorcito de la cocina invita a preparar guisos y estofados, a convidar chocolate caliente a visitantes y amigos.
Disfrutemos de los placeres de la cocina y de las delicias que nos permitimos con la excusa del frío.