El pasado martes 28 de septiembre fallecía en Nueva York el director norteamericano Arthur Penn justo un día después de cumplir los 88 años.
Nacido en Filadelfia, realizó sus primeros pinitos como actor y, posteriormente, como director teatral de éxito. Durante la década de los 50 se situó tras las cámaras para realizar varios dramas televisivos hasta que en 1958 rodó El zurdo, su primer largometraje.
Hijo de un relojero y una enfermera, a Penn se le recordará por títulos como El milagro de Ana Sullivan (1962), La jauría humana (1966), Pequeño gran hombre (1970), La noche se mueve (1975) o la mítica y transgresora Bonnie and Clyde (1967) que dejaría una profunda huella en dos jóvenes Martin Scorsese y Francis Ford Coppola.
Cineasta que, como hemos señalado, se inició en la televisión (al igual que Sidney Lumet y John Frankenheimer) su filmografía no sólo sirvió de puente entre los directores clásicos y los renovadores, sino que inauguró una nueva forma de hacer películas.
Penn también será recordado por asesorar al senador John F. Kennedy en el famoso debate televisado que le enfrentó al vicepresidente Richard Nixon y que le allanó el camino a la Casa Blanca.
Se nos ha ido otro de los grandes.