Cuando ya parece que lo tienes pillado, te vienen con otra historia diferente, como si en el ánimo de quien te muestra los caminos no estuviera anotada una condición nueva que acabará por desarmarte.
Ahora que todos son adelantos, que no bien triunfa un invento ya se queda viejo al mes siguiente, en el mundo rural, donde lógicamente, se vive a otra velocidad, uno se desespera. ¿Quiere tramitar una queja, o quiere usted dar parte de una avería? No hay problema. Las quejas están a la orden dél día en todas partes. Descuelga el teléfono y al otro lado se encontrará, en una cantidad que va en aumento, con una máquina, que ya contribuirá a desarmar todas sus intenciones de protesta.
En todo lo que se suscita como avance, como mejora para el hombre, hay una buena cantidad de insolidaridad. Quienes inventan, los que conocen el asunto y pueden, se olvidan del mundo que vive lejos de la capital, que no dispone de recursos, que está rayando en la indigencia de los servicios.
Hay que estar preparados para el futuro, te dicen, pero no saben que aquí no llega la señal de internet, que aquí la información viene a cuentagotas, que quienes llaman son personas mayores, bien lejos del conocimiento y manejo de tantos aparatos.
Y quienes te atienden al otro lado del teléfono, dan por hecho que todo el mundo está apuntado en esa liga y que nadie tiene la culpa de que a su pueblo no lleguen los avances o de que su pueblo esté a 130 kilómetros de distancia.
De la sección "La Madeja" para Diario Palentino. @2017