Hablando de Arte y Cómics...

Publicado el 01 octubre 2012 por Elinquilinodepapel @elinquilinodpapel
... desde el desconocimiento... (2ª Parte)

Sinceramente creo que la parte más importante en el desarrollo de un cómic es la que comprende el trabajo del escritor. Cierto es que una buena calidad en el dibujo y en el color es lo primero que se valora a primera vista, pero esto al final, cuando uno ha cerrado amorosamente la última página y coloca con cuidado la obra querida en la estantería (o la entrega al probable taller de desguace compuesto por uno o varios infantes, según puntuación final) tampoco tiene tanta importancia. Dicho sea esto sin querer menospreciar en absoluto la importancia capital de contar con un buen artista a la hora de poner imágenes en el relato.

Pero buen artista significa eso, no un dibujante que sepa hacer músculos muy grandes y coreografías de lucha. Esos ya no interesan a nadie. Un Buen Artista. Porque, a pesar de lo que hayáis oído, un buen guión no salva un dibujo mediocre, como tampoco un dibujo espléndido funciona con un guión mal concebido. Si, ya sé lo que me vais a decir, pero eso no son cómics, son art-books que no es de lo que tratamos aquí. Bueno, si, pero no ahora.Al igual que se compone una obra teatral, el guionista de cómics escribe su historia sabiendo que serán otros los que le den vida. Así como el director y los actores se encargan de mostrar y desarrollar la acción, el dibujante (y el entintador, y el colorista) da a la obra la definición y su naturaleza última. Esto, que puede parecer una ventaja para el escritor, no lo es tanto, porque hace que se pierda una de las maravillas de la escritura: la íntima conexión entre la imaginación del emisor y la del receptor, el difícil arte de mostrar lo que uno está viendo con los ojos de su mente mediante el mero uso de la palabra escrita.Básicamente existen dos corrientes principales para ejecutar un guión de cómic. Hay autores que indican simplemente una línea argumental o un esbozo del tema al artista con el que trabajan, el cual realiza el dibujo contando la historia con sus propios recursos y añadiendo todas las ideas que le parecen interesantes. Con el dibujo y la estructura narrativa terminados lo devuelve al guionista, el cual escribe los diálogos y los textos de apoyo en función a lo que está dibujado. Esta forma de trabajar se conoce entre los aficionados como método Marvel y la popularizó en los años 60 el llamado por muchos (entre los que me incluyo) padre del cómic moderno, (porque ni Corben, ni Moebius, ni Pratt, ni ninguno de los autores posteriores, ni la Metal Hurlant ni la Creepy ni ninguna revista moderna ni autor podrían haberse publicado sin la labor de este hombre. Otro día hablaremos del cómics code, o del cómic europeo en los 60) el guionista y editor Stanley Martin Lieber, más conocido por el seudónimo Stan Lee, autor del que ya hablaremos, Dios mediante.La segunda corriente sería la del escritor que entrega un guión extremadamente detallado en lo referente a la estructura narrativa y todos los componentes que van a aparecer en la viñeta, incluyendo forma, color y sentido. Este autor trabaja codo con codo con el artista con el que se empareja, haciendo correcciones y supervisando constantemente el desarrollo de la obra. Como ejemplo, baste citar a don Alan Moore, guionista al que reconoce sólo con echar un vistazo al dibujo de sus historias, con el estilo del artista de turno fagocitado por la dirección de Moore. También tocaremos a don Alan en alguna (más de una) ocasión, pero con mucho cuidado, no vaya a ser que se mosquee…Dibujante y guionista forman el tandem principal de la creación de un cómic. No nos olvidamos de la labor del entintador, artista en la sombra cuya labor va muchas veces más allá del mero pasar a tinta el dibujo a lápiz. No es extraño que este artesano se encargue de los fondos de la viñeta, o añada detalles al esbozo del artista principal. Las manos del colorista se encargan luego de iluminar la obra terminada, actualmente con el apoyo del grafismo informático, huidos ya de la tiranía de los cuatro colores, con resultados espectaculares. No es extraño tampoco que de la portada del cómic se encargue un artista distinto al dibujante principal, creando a veces ilustraciones que son auténticas obras de arte por sí mismas.No hablaré de la parte más técnica en el acabado del cómic, a cargo de rotulistas, maquetistas, etc. pero vaya desde aquí mi reconocimiento a la labor de todos los profesionales de la industria.He tratado con esto de hacer una pequeña introducción, no del cómic, sino del sentido y la intención de esta sección. Espero haber conseguido interesaros en el complejo arte de escribir e ilustrar un buen cómic. No pretendo compilar una historia del cómic, que ya hay muchas y muy buenas, sino simplemente reseñaros unos cuantos buenos tebeos y explicaros por qué me han gustado tanto. En la siguiente entrada, si el tiempo no lo impide y la autoridad lo permite, empezamos...


Escrito por Lope A.
ARS IX