by El Rincón de Ika · Published agosto 14, 2018 · Updated agosto 10, 2018
Los telómeros se localizan los extremos de los cromosomas que se encuentran en el núcleo de las células; se comportan como temporizadores de la célula definiendo el número de divisiones celulares y, posiblemente aunque no se sabe con seguridad, determinando el momento de su muerte, así como su ciclo vital.
Los telómeros se acortan cada vez que una célula se divide y su longitud está genéticamente establecida; en la actualidad, no se sabe con certeza el número de divisiones que puede soportar una célula y se sabe que difiere entra una persona y otra, pero, en general, se sabe que con el avance de la edad los telómeros cada vez son más cortos precisamente por esa división celular.
Como hemos visto, el problema se agrava a medida que pasa el tiempo y envejecemos, generando que los tejidos del cuerpo funcionen cada vez peor. Por tanto, si se suma el estrés oxidativo, los agentes dañinos externos, la biología con el acortamiento de los telómeros y la edad cronológica junto con los factores genéticos, tenemos las principales causas del envejecimiento.
Actualmente, aún existe una amplia investigación en torno a los telómeros, pero se ha descubierto una enzima reparadora que llamada telomerasa que se encarga de proteger los extremos terminales de los cromosomas, evitando el acortamiento de los telómeros. Se trata de una proteína que protege su extensión y mantenimiento.
Las últimas investigaciones apuntan a que altos niveles de estrés oxidativo e inflamaciones aumentan aún más el acortamiento de estos telómeros con el paso del tiempo, aunque no es el único factor que influye en el daño al ADN o en el proceso de envejecimiento. También se sabe que los procesos oxidativos se producen en un alto grado cuando respiramos, aparte de otras causas como inflamaciones infecciones o consumo de alcohol y tabaco. Todo el proceso se acelera por la presencia de los radicales libres que se topan irremediablemente con la piel, entre muchos otros factores.