Stranger things se ha convertido por derecho propio en una de las ficciones televisivas estrella del año y una de mis series favoritas, sin lugar a dudas.Las claves de su éxito son varias: una buena premisa, magníficas actuaciones, un ritmo adecuado y una fotografía acorde con la historia. Pero lo mejor de todo es que toda ella es un homenaje al cine y la literatura de ciencia ficción de los 80, a esas películas que marcaron infancias como la mía, las de los walkie talkie, los teléfonos de ruleta, las bicicletas de manillar alto, los juegos de mesa; la niñez en la que nos maravillamos con las películas de Steven Spielberg o John Carpenter y temblamos sumergidos en las páginas de las novelas de Stephen King, que ha visto reflejada su obra en esta serie.
¿Aún no conocéis Stranger things? Pues ya estáis tardando.
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