¿Donde tienen los inicios estas agrupaciones de esclavos, atendiendo a sus cultos religiosos?
Los esclavos africanos al ser arrancados de su tierra llevaban como equipaje espiritual sus prácticas religiosas, empleando estos como mecanismo fundamental de integración social los llamados cabildos y cofradías; que tuvieron su origen en España desde el siglo XIV, vemos como las cofradías tuvieron su arranque en Sevilla, donde los negros esclavos independientemente de su procedencia étnica, podían reunirse y celebrar fiestas religiosas de origen cristiano; por ejemplo la fiesta del 6 de enero, día de los Santos Reyes y además tocar tambor y bailar al estilo de su país.
Estos cabildos y cofradías desempeñaron un importante papel en la vida religiosa de esclavos y libertos, pues bajo un manto católico mantuvieron vigentes y transmitieron a sus descendientes sus originales creencias, en condiciones de vida diversas. Téngase en consideración que estos esclavos cuyas religiones procedían del África Subsahariana, ya desde su continente africano se vieron obligados a recurrir a imágenes y medios del catolicismo rural en esa época para poder conservar y desarrollar sus creencias y prácticas religiosas; pues les fue impuesta la fe cristiana sobre sus cultos autóctonos, esta adaptación es el llamado “Sincretismo”.
¿Cómo se inicia y en que consiste la letra del año, en la religión africana?
La Letra del Año comenzó a sacarse a finales del siglo XIX, por Babalawos procedentes de las diferentes ramas religiosas existentes en Cuba quienes comenzaron a reunirse para efectuar con todo rigor las ceremonias establecidas, que concluían el primero de enero con la apertura del la Letra del Año.
A través de esta se daban a conocer las orientaciones y recomendaciones que debían cumplirse durante ese año, con el fin de evitar o vencer los obstáculos y las dificultades. La primera Letra del Año que se realizó en Cuba la efectuó el Babalawo Remigio Herrera, Obara Meyi, Adeshina, de origen africano, quien fue apoyado fundamentalmente por cinco de sus ahijados.
Esta tradición ha sido continuada hasta hoy día, es justo recordar y señalar que después del triunfo de la Revolución la situación de las prácticas religiosas presentó nuevas variantes, pues aunque “La Constitución cubana establece la libertad de credos y prohíbe todo tipo de discriminación por motivos de sexo, raza o religión,…” lo cierto es que sus instituciones y organizaciones gubernamentales, de una manera u otra se oponían, rechazaban o desvalorizaban estas manifestaciones a partir del argumento de conformar una nueva sociedad.
Esto queda demostrado cuando con motivo del Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que tuvo lugar a principios de la década de los 60, Fidel Castro dice: "Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada".
Motivo por el que se vieron forzados muchos, entre ellos mi propia familia pues declaro sentirme honrado de poseer dentro de mi acervo cultural orígenes africanos por ser hijo de padre y madre ambos santeros mayores, quienes tuvieron que esconder sus símbolos religiosos incluso pronto comenzaron a desaparecer de los cuellos y los brazos de muchos cubanos, las cadenas y manillas con la representación de sus santos. Alcanzando su punto máximo en el IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, donde se excluyó explícitamente a la población religiosa en general, de las filas de las organizaciones políticas y considerando eso como poco margino las posibilidades de ascenso social y laboral por la vinculación a cualquier credo religioso.
Para la conservación y defensa de sus creencias, muchos practicantes se refugiaron en las manifestaciones artísticas como vehículo de autorrealización y así se fueron incorporando a conjuntos folklóricos, teatros, cabaret, comparsas, etc. Allí bailaban, cantaban y actuaban artísticamente, pero en el fondo con la pasión y el amor desde lo más profundo de sus corazones a sus Orishas.
Hoy día en Cuba, debe reconocerse una realidad; la religión yoruba, el ifaismo e incluso la Masonería Cubana “son permitidas pero no toleradas” solo la fe en un futuro mejor y la esperanza de un mañana, mantiene viva esas tradiciones.
Evocando las palabras de nuestro venerable hermano masón Salvador Allende, en Santiago de Chile el 11 de septiembre de 1973, les recuerdo:
“…Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor…”
Marino de Armas.·.