¿Que qué es esto? Una humilde cueva, ¿qué va a ser? Lo que pasa es que la tengo un poco abandoná. Pase, pase usted. No tenga cuidado. No tiene sentido. Ya ve, todo arrumbado, recuerdos, cosa nueva, poca… y me coge aquí de milagro. Barriendo un poco por allí y por allá, pero ná… No dan ganas de pasarse precisamente. Es un perder el tiempo. Esto se cae a cachos y no hay quien lo defienda. Porque dígame usted. Defender esto para qué… Lo que pasa es que luego pasa lo que pasa y uno no puede callarse la boca y abre (de vez en cuando) como si abrir esa puerta, con su candela encendida dentro, convirtiera este cuartucho en faro que iluminara a todos esos que andan perdidos por los caminos de Dios. Pero dígame usted si desde la autovía de los cojones, a doscientos por hora, van a observar ni faros, ni velas, ni luciernagas, ni Dios… ¿Si para alguien? Un francés, un navarro y alguno más… Ya me parece un milagro, pero cada día se habla menos. Sí, ya está casi todo dicho. Descanse en paz y poco más. Pero entonces salta alguno, dice una cosa, otro habla de algo que ha visto, las pieles se ponen de oca, como los italianos, nada de gallinas… y por un momento parece que a lo mejor... Entonces uno mira la tele esa, a otro le llega un mensaje de los infiernos, y vuelta la burra al trigo… Cada día se habla menos. Descanse en paz y poco más… Ahora leo en voz alta. Cojo libros antiguos y los leo en voz alta a las moscas. Cosas antiguas. Ya sabe usted. Cosas buenas. Con sabor… En eso me parece que vamos a terminar. En el pasado. O hablando solos. No hay presente en las plazas. Yo, fuera. Como quieren los otros, pero es que no la conoce ni la madre que la parió. Le dejamos nuestra niña a los taurinos y la han hecho una fulana. Y eso es fuerte. Te refugias aquí a mirar álbumes viejos porque en la plaza anda abierta de patas… y perdone la imagen, pero es algo que conozco desde crío, ya es algo personal… Hablando de imágenes, ¿ha visto usted esta foto? Espere que le quite el polvo… Me la encontré el otro día… Mire la alegría con la que embiste el torito de Arranz. Mire como carga la suerte el Maestro Rafael Ortega…
¿Que qué es esto? Una humilde cueva, ¿qué va a ser? Lo que pasa es que la tengo un poco abandoná. Pase, pase usted. No tenga cuidado. No tiene sentido. Ya ve, todo arrumbado, recuerdos, cosa nueva, poca… y me coge aquí de milagro. Barriendo un poco por allí y por allá, pero ná… No dan ganas de pasarse precisamente. Es un perder el tiempo. Esto se cae a cachos y no hay quien lo defienda. Porque dígame usted. Defender esto para qué… Lo que pasa es que luego pasa lo que pasa y uno no puede callarse la boca y abre (de vez en cuando) como si abrir esa puerta, con su candela encendida dentro, convirtiera este cuartucho en faro que iluminara a todos esos que andan perdidos por los caminos de Dios. Pero dígame usted si desde la autovía de los cojones, a doscientos por hora, van a observar ni faros, ni velas, ni luciernagas, ni Dios… ¿Si para alguien? Un francés, un navarro y alguno más… Ya me parece un milagro, pero cada día se habla menos. Sí, ya está casi todo dicho. Descanse en paz y poco más. Pero entonces salta alguno, dice una cosa, otro habla de algo que ha visto, las pieles se ponen de oca, como los italianos, nada de gallinas… y por un momento parece que a lo mejor... Entonces uno mira la tele esa, a otro le llega un mensaje de los infiernos, y vuelta la burra al trigo… Cada día se habla menos. Descanse en paz y poco más… Ahora leo en voz alta. Cojo libros antiguos y los leo en voz alta a las moscas. Cosas antiguas. Ya sabe usted. Cosas buenas. Con sabor… En eso me parece que vamos a terminar. En el pasado. O hablando solos. No hay presente en las plazas. Yo, fuera. Como quieren los otros, pero es que no la conoce ni la madre que la parió. Le dejamos nuestra niña a los taurinos y la han hecho una fulana. Y eso es fuerte. Te refugias aquí a mirar álbumes viejos porque en la plaza anda abierta de patas… y perdone la imagen, pero es algo que conozco desde crío, ya es algo personal… Hablando de imágenes, ¿ha visto usted esta foto? Espere que le quite el polvo… Me la encontré el otro día… Mire la alegría con la que embiste el torito de Arranz. Mire como carga la suerte el Maestro Rafael Ortega…