Y de forma espontánea: «Aquí están, maestro, las palabras clave de este asunto de los libros y la lectura: suerte, felicidad, nostalgia. Y la más importante de todas: aún (también, y acaso preferible, aun)».
Y se me ocurre: «El paraíso, en efecto, está en ese condicional: si (la imaginación, el amor) lo quisieran o quisiesen, pero... Parece que al amor le falta imaginación. Parece que la imaginación no ama lo suficiente. Chi lo sa?»
Y se me ocurre: «Pues, maestro, tal vez en un primer vistazo sea así. Pero a poco que se presta atención, ¿no ocurre justo lo contrario? Hay mucho bobalicón que da el pego permanente de una extraña bienaventuranza, pero es difícil que un tontinabo con ínfulas nos la dé por mucho tiempo».