Carola Chávez.
Cuando se habla de corrupción, siempre se hace señalando al otro y el otro es siempre el gobierno. Solo es corrupto el funcionario público y se habla solo de corruptos, nunca de corruptores, olvidando que ese tango se baila entre dos.
Es tan contradictorio ver a alguien defendiendo, por ejemplo, el derecho del empresario a importar a dólar subsidiado y vender a dólar cucutizado, porque, pobrecito, cómo va a sobrevivir en la opulencia ese señor con márgenes de ganancias tan moderados cuando la nefasta lógica del capital siempre apunta al mayor beneficio a cambio de la mínima inversión. Es contradictorio también justificar los precios especulativos que nos despluman porque, según, y yo sí creo que es cierto, en las aduanas, funcionarios inescrupulosos cobran tarifas por debajo de bajo la mesa para liberar la mercancía. Corrupto el funcionario, que lo es, pero no quien paga la tajada y traslada el precio a los pendejos los justifican y a los que no los justificamos también. Pretender que denunciaran, que se unieran en cambote, como se los hacen para pedir dólares, esta vez para denunciar semejante atropello, jamás. Supongo que no se denuncia cuando se tiene rabo de paja, no vaya a ser que tu declaración de aduanas no se corresponda con lo que declaraste en Cadivi-Cencoex. No vaya a ser que arda un candelero.
Ya veremos, por cierto, si AN opositora destapa el caso de las empresas de maletín sin cerrarlo rapidito apenas aparezcan los nombres que manejan el capital, los de siempre, con su lógica, ya sabes, con la manos en la masa. Otra vez el rabo de paja.
Rechazar la corrupción a la vez que se sostiene que raspar cupos es un derecho, es el pan nuestro de cada día. El raspacupismo se institucionalizó de tal modo que conozco el caso de una persona decente que viajó y no gastó todo su cupo, cosa que encendió las alarmas, no solo entre amigos y vecinos, que la creyeron enferma, sino en el mismísimo CADIVI que la creyó sospechosa. Allá las computadoras gritaron su alerta y la amiga fue citada con carácter de urgencia para que explicara su peligrosa actitud. Su respuesta fue inaceptable para la institución: “No tuve que gastar tanto”. Inmediatamente, para salvaguardar a la Patria, esa usuaria fue bloqueada del sistema, dándole la razón quienes le decían que era una gafa. Por cierto, la gafa es funcionaria del gobierno, una de tantísimos funcionarios honestos que, a la hora de acusar al gobierno, preferimos invisibilizar.
Presos por estafar con viviendas de la GMVV, un titular que uno lee a cada rato. Siempre hay listas de estafados, “víctimas” de un funcionario corrupto, o tantas veces, de uno que se hace pasar por funcionario para ofrecer un apartamento bajo cuerda, a cambio, por supuesto, de una tajada. El que pagó la tajada para saltarse la lista donde esperan su turno, pacientemente, a veces, desesperadamente, un montón de personas, ¿es una víctima? Pues víctimas les dicen y todos tenemos que conmovernos con sus casos porque a la hora de justificarse siempre hay excusas y las necesidades de unos parecen ser más importantes que las del resto, y más si pueden pagar.
Justificar es el lema. Para corromperse hay mil razones, todas ellas socialmente aceptables. La culpa es de otro, nunca nuestra, así que, listo el pollo, a dormir con nuestra inconsciencia tranquila.
La corrupción, descubrí un día, es mala según quién se embarre. Si el que aparece de un día para otro con una mega camioneta, casa en Panamá, Miami o Madrid, derrochando en restaurantes caros, es amigo, “¡Coño, Fulanito si tiene suerte!”. Llueven los aplausos para Fulanito que sacó un contratote con tal ministerio, pagando comisión, tu sabes, porque este gobierno es corrupto y Fulanito, que es un hombre de los negocios, no peló ese boche.
Tengo mi propia historia, de primerita mano: Cuando Chávez me llamó en 2011, las mismas personas que me habían bloqueado en Facebook apenas me supieron chavista, ahora me mandaban felicitaciones porque había llegado mi hora: “Por fin te vas a resolver”, “piensa en el futuro de tus hijas”, “no seas irresponsable, aprovecha”, “¿no ves que todo el mundo lo hace?”… “¡Hay que ser bien fracasado, dejar pasar esa oportunidad de oro, pendeja!” . Y de vuelta a ser borrada de sus vidas por ser una vil chavista que apoya a este gobierno corrupto y bla, bla, bla, bla…
En fin, seamos honestos, hablemos de corrupción.