Hablemos de Sudáfrica

Publicado el 14 junio 2010 por Damsam


El evento de fútbol más importarte ya ha dado sus primeros coletazos. A pocos pasos de terminar todos los debuts y de ver en acción a la gran favorita: España, esta copa del mundo ya nos ha dado un aperitivo de lo que será la fase de grupos. Ya hemos gozado de partidos infumables, donde parece que algunos no quieren jugar a nada, de encuentros que duermen hasta a las moscas y también de aquellos que nos hacen disfrutar con el fútbol, los que nos hacen soltar un "ole" de vez en cuando y sonreír, porque de eso se trata el fútbol. Con Francia y Uruguay jugando al respeto mutuo, con Argelia - Eslovenia y Serbia - Ghana mostrando de todo, menos ganas, y EE.UU. dando la sorpresa de la jornada, la resaca futbolística hasta ahora vive entre Argentina y Alemania.
La Argentina de Messi, forrada de talento por donde se la mire, advirtió frente a Nigeria por que siempre hay que tenerle un respeto y consideración. El Diego se esta consolidando como entrenador y ya empieza a callar a alguno de sus detractores. Aunque el 10 aun no ha encontrado la tecla final, su Argentina es una mejor versión de lo que fue en la fase de eliminatoria. Messi se parece más al que vemos en el Barcelona y eso se nota. Con libertad para moverse el Rosarino se replegó, combinó con los medios, encaró, rompió caderas una y otra vez y fue el enemigo numero uno del portero nigeriano. Ganaron por la mínima, con un testarazo de Heinze, su mejor arma, pero bien pudieron haberse inflado las redes africanas una o dos veces más. Messi gozó, estuvo feliz y el Diego disfrutó con una alegría llena de rabia y todo un país en Sudamérica tuvo un sábado de gloria. Misión cumplida para el ex y el actual 10 albiceleste, el pueblo argentino ya se puede sentir más tranquilo y volver al orgullo de siempre.
La Alemania de la nueva hornada, nos regaló una goleada ante Australia y presentó sus cartas de juego. Hasta la fecha era una de las tapadas, pero después de lo de anoche, las miradas hacia los teutones estarán impresas con mas respeto. Comandada por Mesut Ozil y aderezada con los Muller, Khedira, Kroos y Schwensteiger, los europeos ofrecieron un concierto de pases de precisión, de esos que se acostumbran a ver en la roja, que terminaron por ser el veneno de los canguros. Los australianos ya estaban en el ataúd cuando ellos mismos se enterraron: tarjeta roja para Cahill, uno menos y game over. Desde entonces los "vacunaron" dos veces más y terminó de cerrarse el telón. Alemania nos ofreció un fútbol vistoso, atractivo, con elegancia y talento, características de las cuales este mundial esta huérfano, por lo menos hasta lo desplegado hasta ahora. Los teutones ofrecieron otra versión de ellos mismos, cambiaron al fútbol toque y no a lo que nos venían ofreciendo en ediciones anteriores. Eso se agradece, la vista se reconforta y las sonrisas florecen a veces imperceptibles.
Hasta ahora el mundial ofrece solo oasis de buen fútbol en un desierto grande de aburrimiento. Aun queda mucho por ver, es cierto. Todavía no hemos visto a la máxima exponente del fútbol preciosista, que hará su presentación dentro de dos días. Hasta entonces seguiremos disfrutando de los oasis del sur que nos van saliendo al paso, porque cuando la insolación de fútbol aburrido ataca, un buen baño de fútbol preciosista nos reconforta para seguir recorriendo el desierto de Sudáfrica.