El jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, en La Habana, Jonathan Farrar, había alertado desde abril del 2009 al naciente gobierno de Barack Obama que la llamada "oposición cubana" no era más que "un grupo desconectado de la sociedad", más preocupado por conseguir dinero que en llevar sus propuestas a sectores amplios de la sociedad, analizó ayer el periodista Juan Fernández López.
El artículo respondía al reclamo de Obama, este miércoles 23 de febrero, de puesta en libertad “inmediata e incondicional” de presos políticos en Cuba, vísperas de cumplirse el primer aniversario de la muerte del ciudadano cubano Orlando Zapata, convertido en mártir de forma indigna.
Hoy, 26 de febrero, el anuncio ha sido con que Obama prorroga la declaración de emergencia con Cuba aprobada en 1996 con el pretexto del derribo, por parte del país caribeño, de dos avionetas de la organización de exiliados cubanos "Hermanos al Rescate", que reiteradamente violaban el espacio aéreo de Cuba procedentes de EE.UU. y había sido advertido el gobierno norteamericano, como se sabe.
No obstante, Obama renovó por un año más esa proclamación, basada en la Ley de Emergencia Nacional para negar cualquier apoyo económico y material al Gobierno de La Habana, ha informado EFE, además de plantear una beligerancia desde los Estados Unidos, que no de Cuba, como desean la derecha retrógrada, los mafiosos y los terroristas de Miami.
Según apunta en su notificación, "el Gobierno cubano no ha demostrado que se abstendrá del uso de la fuerza excesiva contra buques o aviones que se puedan ver involucrados en actos de conmemoración o en protestas pacíficas al norte de Cuba".
Probablemente, en su desconocimiento de Cuba y su arrogancia, como buen presidente del Imperio, alguien asesora a Obama con que la isla vecina es una amenaza y que los cubanos le darían las gracias por las agresiones y el apoyo a sus mercenarios.