Hoy, doce de agosto, hace 76 años del asalto a Badajoz por el General Yagüe. En ese triste episodio de la guerra civil este general falangista arrasó la capital extremeña y mandó asesinar a 4000 vecinos. Un general franquista, africanista, compañero de Franco con quien ingresó en la Academia Militar el mismo año.
Este tipo violento, insensible y traidor a la República, fue capaz de exterminar a los “rojos” de la ciudad de Badajoz. Así, sin rubor, con desparpajo, cuando un periodista del New York Herald Tribune le preguntó si lo había hechó, contestó:
“Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted que continuara con 4.000 prisioneros o que los dejara libres para que Badajoz fuera roja otra vez?”
Su acción criminal le valió el mote de El carnicero de Badajoz. Y murió tranquilo, en su cama, después de ser el responsable de tal genocidio. Fue colaborador de Franco hasta llegar a ser Ministro del Aire, después de la guerra, y capitán general de la VI Región.
Esta es parte de la historia de nuestra época pasado. Lo triste es que hoy todavía este general tenga una calle en Madrid que le recuerda, saltándose la ley de la Memoria Histórica.
Ni Gallardón primero, ni Ana Botella hoy, han hecho nada por cambiarla de nombre. Y ahí sigue, a pesar de las peticiones hechas desde Izquierda Unida al Ayuntamiento de Madrid.
Desgraciadamente este no es el único caso. Los cambios de nombres de calles, eliminación de estatuas, emblemas y demás signos fascistas van ‘piano, piano’. Sobre todo en las ciudades donde los que hoy están en el poder son herederos de ese régimen al que nunca han condenado. El caso de Madrid no es único. Los casos de multiplican en Canarias, Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Valencia y otras CC.AA.
Sin ir más lejos, la calle del General Yagüe en Madrid es perpendicular a la del General Varela, otro militar franquista a las órdenes de Franco en la guerra civil y durante la posguerra, y ahí están conservando su memoria en dos calles principales de la zona de Orense en Madrid.
El general Yagüe –también el general Varela-- fue uno de los 35 cargos del franquismo que imputó Baltasar Garzón, por crímenes contra la humanidad, en su empeño, hoy anulado, por devolver la verdadera Memoria Histórica y de hacer justicia en este país.
Este país también es peculiar en el mantenimiento del reconocimiento a personajes de una guerra civil y una dictadura cruel como la franquista. Es impensable que en países como Alemania o Italia pudiera ocurrir algo parecido. Y es que ya saben que ese eslogan que introdujo Fraga –otro que tal baila—, como eslogan turístico: “España es diferente; Spain is different”, mantiene toda su intensidad en otros aspectos, como en el de la Memoria Histórica.
Que no nos cambien la Memoria. Y no hay Memoria Histórica sin Verdad, Justicia y Reparación.
Salud y República