Podría perfectamente suprimirte de mi vida, no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa, no pensarte, no desearte, no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte, circular por calles por donde sé que no pasas, eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido, cada recuerdo de tu recuerdo, olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte, responder con evasivas cuando me pregunten por ti, y hacer como sí no hubieras existido nunca… Pero te amo.
(Dario Jaramillo)
Realmente aceptamos el amor que creemos merecer, aunque este nos dañe y nos deje sin un rumbo. Y nuestro corazón sigue esperando.