Hacer la colada en un Waschsalon

Por Maletas@sinrumbo

En Alemania no todo el mundo tiene lavadora en su propio piso y es muy normal que los edificios dispongan de un cuarto para lavar la ropa en el sótano. Suele estar junto al cuarto de las bicis, y es para todos los vecinos. Las máquinas funcionan con monedas de 5 céntimos de euro. Hacer la colada es un acto social y ecológico. Ahorras energía y de paso charlas.

Cuando no existe ese bendito cuarto, y no tienes lavadora (mi caso), la alternativa es ir al Waschsalon. A diferencia de las tintorerías españolas donde los particulares entregan su ropa y la recogen, el Waschsalon es una lavandería autoservicio.

Me había imaginado que hacer la colada fuera de casa era muy especial, probablemente influida por el cine y las reflexiones metafísicas de Javier Pereira en Tu vida en 65' y las de Andrew McCarthy en Cosas que nunca te dije.

Ambas películas desarrollan historias de amor junto a una lavadora.

El póster donde aparecen McCarthy y Lili Taylor sentados en una lavandería, él con actitud de necesitar un abrazo, y ella con una sonrisa dulce, toca la fibra sensible. Aunque considero más auténticas las conversaciones entre Javier Pereira y Tamara Arias haciendo la colada en una azotea, sobre los tejados de Barcelona.

Pero no quiero iniciar un debate de quién lo hace mejor, si Isabel Coixet o María Ripoll. Lo que quiero es que seáis vosotros quienes saquéis partido a la lavadora en vuestro próximo viaje a Berlín visitando la lavandería del artista Uwe Martens alias Freddy Leck.

Es estupenda para disfrutar de un libro mientras laváis vuestra ropa. ¿O es que no habéis buscado más de una vez una lavandería cuando estábais de viaje? Pues además puede ser muy enrtretenido.

El Freddy tiene suelo de madera, lámparas de araña, muebles de los años 60, canal de música clásica, máquina expresso para hacer cafés deliciosos por 1,50 euros, su propia marca de detergentes, -también especiales para lavar la ropa de los bebés-, conexión wlan a internet, máquinas de coser, tablas para planchar uno mismo, secadoras, un pequeño museo donde se exhiben marcas ya desaparecidas y para redondear, no hay prisas, porque abren de 6 de la mañana a doce de la noche, incluso abren los domingos y festivos.

Daría cualquier cosa porque abrieran una franquicia así en Constanza. El día que lo hagan os invito a verme. Mientras tanto absteneros de traerme más ropa sucia a casa. El sábado pasado fue fiesta (2 de mayo) y no pude hacer la colada.