HACHA DE LA VENGANZA, EL (When the redskins rode) (USA, 1951) Western, Épico

Director: Lew Landers --- Intérpretes Principales: Jon Hall, Mary Castle, James Seay, John Ridgely, Sherry Moreland, Pedro de Cordoba, John Dehner, Lewis L. Russell, William Bakewell, Charles Horvath, Milton Kibbee, Harold Miller, Steve Pendleton ---

Argumento: Williamsburg, 1753. Hannoc, un joven príncipe de los Deleware, acepta aliarse con los británicos contra los franceses que están invadiendo el sur de Canadá.  Una espía francesa, Elizabeth Leeds, hace todo lo que puede para seducir a Hannoc y evitar que lleve a su gente a la guerra en el lado británico. ---

Mi opinión: Rutinario y muy convencional  (pura serie B con medio pie en la C) western con sentido épico y basado, al menos en cuanto a hechos históricos sucedidos en su momento, en situaciones reales que se dieron en los convulsos y muy importantes años para los Estados Unidos de Norteamérica. En este sentido cabe destacar la presencia del personaje del más tarde Primer Presidente de Los Estados Unidos, George Washington, aquí como valiente, inteligente y aguerrido Coronel (el anacronismo o licencia cinematográfica es grande en este sentido pues cuando suceden los hechos de la película Washington tenía 21 años y aquí es un hombre camino de los cuarenta).


La película comienza de forma vaga, sin mucho ritmo y algo más de diálogos de lo que se suele ver en el western. Sin embargo, poco a poco el ritmo se va elevando y más tarde comienza la acción, que está suficientemente bien realizada como para no perderle la cara, habiendo enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre soldados e indios y franceses, bien rodados. Con todo no pasa del aprobado alto por su falta de ambición, aunque aspectos como el vestuario y dirección artística están conseguidos, con lo que la ambientación es más que correcta.



El fortachón John Hall no pega físicamente, en cuanto al rostro me refiero con un personaje "indio", pero la cinta resulta amena o por lo menos, nada aburrida. Se puede ver sin exigírsela demasiado, habiendo incluso algún momento de humor como cuando el jefe indio (excelente Pedro de Córdoba) le comenta a su hijo las "bondades" de dormir en una cama.