El caso es que una parte del PSOE y de los socialistas catalanes apuestan por reformar la Constitución para convertir España en un estado federal, con lo que eso conlleva, con la idea de que los nacionalistas más radicales se olviden de sus anhelos secesionistas y se sientan cómodos en una España federal.
Y es que la historia se repite, porque esto mismo, o parecido, ya ocurrió en la transición; y el conocido como estado de las autonomías se diseñó con ese mismo objetivo, que los llamados “territorios históricos” se sintieran cómodos en la España democrática. Se creó la España de las autonomías como si fuera la panacea, la solución a todos los problemas regionales; y se ha demostrado que no fue así. Y ahora se propone dar una vuelta de tuerca más, cambiando el modelo de estado a federal, vendiéndonos que esta es la solución definitiva. Cuando tampoco lo es, cuando esta reforma solo serviría para contentar a los separatistas durante unos años más, tiempo en el que seguirían avanzando en su proyecto de ruptura de España y que, a este paso, acabarán consiguiendo.
Y si cuando sabes que el PSOE tiene como objetivo cambiar la Constitución para hacer de España un estado federal escuchas al Presidente del Gobierno decir que él nunca se ha negado a una reforma de la Carta Magna, pues es para echarse a temblar. Porque eso es lo que Mariano Rajoy dijo el sábado en Sitges, ante el Círculo de Economía, al ser preguntado por las peticiones de los nacionalistas.
Así las cosas, ¿hacia dónde nos dirigimos? Yo, desgraciadamente, cada día lo tengo más claro. Ya mismo nos venderán el estado federal como la solución a todos nuestros problemas.