Hacia dónde va Ciencia descarriada

Por Aletropea
Este texto está siempre disponible a través de la opción  "Sobre este blog" arriba, en el menú de páginas.
Walkiria,viernes 16 de agosto de 2013
De vez en cuando hablar de las intenciones de Ciencia descarriada no viene mal. Mientras el frío y el resfrío no ceden, estoy tratando, especialmente para los días por venir (semana del 26 de agosto), de manera sinuosa y progresiva, de redibujar, reescribr, recrear y reinventar la divulgación científica y la conexión entre la ciencia y la vida misma lo más posible. Es cierto, parece ser un objetivo soberbio, descabellado y pretencioso de mi parte, pero nótese que dije "lo más posible", eso es hasta donde mis limitadas capacidades e inevitables torpezas me lo permitan, o apelando a una metáfora matemática, eso quiere decir acercarme asintóticamente tanto como se pueda a ese objetivo, acercarme tanto como pueda a esa línea límite inalcanzable para mí, tal vez un eje X al que sí llegaron divulgadores portentosos como  Carl Sagan o Isaac Asimov.
Con respecto a cómo enfocar los contenidos del blog para acercarse asintóticamente al eje deseado el humor es un instrumento poderoso, pero no alcanza. Las artes visuales son otro instrumento poderoso. Con ellas alcanza mucho más, pero sigue sin ser suficiente. Se necesita la palabra escrita, la literatura, la poesía, el cuento. Y yendo aún más lejos, se necesitan la ficción y la fantasía, faltándole el respeto a las leyes de la naturaleza. Y entonces, con todos esos recursos en las manos, uno está "casi" en condiciones de ir a lo Indiana Jones hacia el objetivo. Digo "casi" porque falta citar un ingrediente más, un elemento indeseable, imprevisible y socialmente atroz: la actitud de una oveja descarriada, una oveja que se aparta del rebaño y va más allá de lo esperado, de las expectativas, por senderos prohibidos y haciendo propuestas sacrílegas.
Si uno por ejemplo, dada su importancia en la historia, va a hablar en este blog del fuego, debe llegar más lejos que las explicaciones sobre la oxidación de los materiales combustibles y otros detalles técnicos asociados. Allá vamos...
lHubo un momento trascendental para la humanidad y para la ciencia: fue ese día, o esa noche de los tiempos, en que un hombre le quitó a la Naturaleza el monopolio y el secreto del fuego. Me pregunto cómo fue el festejo por tamaño descubrimieno. Sí, festejo ¿Acaso vos no hubieras festejado como ellos, no te hubiera parecido motivo suficiente para ingerir algún alucinógeno prehistórico que te lleve a danzar en éxtasis alrededor de la primera fogata que la humanidad hizo en la playa, frente a un incontaminado cielo negro partido en dos por la Vía Láctea? Desde entonces el hombre tuvo el fuego para iluminar, cocinar, calefaccionar, forjar herramientas, protegerse de las bestias (me refiero al resto de los animales) y, por supuesto, para hacer tropelías a lo bestia. En eso nada ha cambiado, sea el fuego obtenido de un árbol partido al medio por un rayo o el fuego nuclear obtenido de un átomo partido al medio por el hombre, siempre toda adquisición tecnológica o científica será moralmente bifronte. Siempre estará basculando entre el beneficio y el maleficio, entre el progreso y la barbarie. Si no que lo diga Ray Bradbury desde su distópico Fahrenheit 451, por ser incruento y citar un ejemplo de la ficción. O Giordano Bruno desde la pira, por ser despiadado y citar un caso real y tràgico. O Joseph Conrad desde El corazón de las tinieblas, si vamos a hablar sin hipocresía de civilización tecnológica y barbarie colateral.
En fin, como lo dije más arriba,  es necesario echar mano a todo, no solo a los medios de expresión y comunicación, también a cierta actitud interior de oveja negra, descarriada, que no solo lleve a quienes entren a este blog a sumar conocimientos por los conocimientos mismos y a entretenerse y divertirse, sino a pensar con sus propios cerebros, a interpretar la cosa -científica, política, social, artística, religiosa- desde otros puntos de vista diferentes de los que generosamente nos ofrecen los pastores de ovejas iluminados, y a encontrar las reveladoras  y útiles conexiones existentes entre todas las cosas si bajamos pertrechados con la razón y la imaginación a suficiente profundidad, como si fuera un verniano viaje al centro de la Tierra.
¿Desean más explicaciones? Mejor no. Así de dudosamente breve está bien. Parafraseando a cierto peculiar personaje de Alicia en el país de las maravillas: "mejor primero la diversión y la aventura, las explicaciones se llevan demasiado tiempo" (y de todos modos tarde o temprano las explicaciones encuentran su oportunidad). El blog queda a vuestra disposición, mientras tanto yo me retiro a la trastienda a resolver algunos problemas pendientes relacionados con los senderos prohibidos y las propuestas sacrílegas de los días por venir.