¿HACÍA FALTA ESTE ESPERPENTO, DON MARIANO?, por @AntoniodlTL

Publicado el 12 enero 2016 por Catalega @Catalega
Hoy contamos con la primera colaboración de Antonio de la Torre en Desde el Caballo de las Tendillas en este año 2016. Y el título lo dice todo. Un interesante artículo como todos los que escribe nuestro amigo.
Literalmente, “esperpento” se refiere a un género literario que creó don Ramón del Valle-Inclán, autor  que perteneció a esa gran “Generación del 98” de nuestra insigne Literatura, por el que se deformaba la realidad, pero también se utiliza el término para definir un “hecho grotesco o desatinado” y es en esta segunda acepción en la que me baso para titular mi artículo de hoy. Ayer nos “merendábamos” –por la hora a la que se produjo, creo que es oportuno el término- con el acuerdo, ‘in extremis’, entre las CUP y Junts p’el Sí, agrupaciones políticas a cual más esperpénticas - sigo con el uso del género valle-inclaniano, permítaseme el palabro-, por el que, tras un enorme ‘sacrificio’ político de Arturo Mas, se desbloqueaba el impasse catalán que, desde las absurdas elecciones del pasado 27 de Septiembre tenía sin gobierno a la región Catalana -me refiero a sin gobierno formal, porque sin gobierno lleva desde 1980, más o menos-. Perdóneseme también la hipérbole de calificar de ‘enorme’ el sacrificio de don Arturo –el menos honorable de los presidentes autonómicos desde la transición, que ya es decir si tenemos en cuenta a Puyol, Maragall y Montilla- porque no lo es tanto si tenemos en cuenta que se retira –sería mejor decir lo fuerzan a retirarse- de la candidatura a una nueva presidencia de la Generalidad, pero no deja su escaño  en el parlamento catalán, que le confiere la situación de aforado –después de la de ‘forrado’ que él mismo se confirió-. “No es lo mismo sacrificarse que ser tonto, tú”, pensará el amigo Mas con la que se le puede venir encima por su posible acción, omisión, o ambas, en el continuado y descarado enriquecimiento de su padrino, el otro honorable, pero menos, don Jorge Puyol y familia. Tras conocer ese heroico acuerdo en aras de la continuidad del ‘proces’, que tan minuciosa y pertinazmente lleva diseñando este grupo irresponsable de políticos catalanes, alimentados desde la permisividad –cuando no impulso- de los diferentes gobiernos centrales que, por necesidad, conveniencia o cobardía está acabando por imponerse, me vienen a la memoria algunos episodios que han influido, insisto, por acción o por omisión, en el despropósito al que se ha dado lugar, de no fácil salida si no hay voluntad firme de una vez por todas. Y no la veo, por el momento. Desde aquel brindis al Sol del peor y más resentido y sectario presidente que estos casi cuarenta años nos han deparado, el ‘inconmensurable’ e impresentable Rodríguez –ZP, para sus amigos de la ‘Z’eja-: “Pascual, aprobaremos en Madrid lo que venga del parlamento de Cataluña”, prometía en Zaragoza antes de las elecciones de 2004, aquellas en las que un trágico atentado con ciento noventa y dos víctimas mortales se utilizó para cambiar de gobierno, hasta el “diálogo sin fecha de caducidad” del actual presidente en funciones, con el que nos ha llenado los oídos durante los últimos cuatro años cada vez que se le pedía una toma de posición frente al desafío secesionista, se han producido numerosos pasos y hechos consumados que nunca se quisieron cortar. Recuerdo, por ejemplo, el ‘recordatorio’ a Mas, por parte del propio Rodríguez ZP, cuando lo llamó a Moncloa, creo que fue en el verano de 2010, para urgirle ante la pasividad de los propios catalanes en aprobar el nuevo estatuto, en aquella “noche de cafés y humo” que conocimos por la prensa. Después las repetidas llamadas electorales en Cataluña, con un simulacro de referéndum intermedio para llamar a la independencia, sin éxito por cierto ninguna de ellas, pero que se vendieron como si, clamorosamente, el pueblo catalán anhelara esa ruptura –poco más de un 18% de los catalanes votó sí en esa atípica llamada a las urnas de cartón de Noviembre de 2014, pese a que votaron algunos que no estaban censados y se pudo hacer durante dos semanas-. Mientras tanto, numerosas muestras por parte de don Arturo Mas de un desafío inadmisible –incumplimiento reiterativo de sentencias del TS y del TC incluido- que, en cualquier país serio, hubiera llevado a la aplicación rigurosa de las leyes, sin que se escuchara otra cosa que la llamada y disposición al diálogo durante cuatro largos años. No fueron pocos los llamamientos desde muchos sectores al Ejecutivo, en demanda de una posición clara frente a los desafíos, sin eco alguno mientras el desafío seguía creciendo hasta las últimas elecciones citadas, dándose la curiosa circunstancia de que el miembro del Gobierno con más protagonismo en este asunto fuera el Ministro de Asuntos Exteriores, lo que fue tomado por Cataluña como una prueba del rango de ‘nación’ o ‘estado’ que se le daba desde Madrid, erróneo, pero útil para la defensa de sus argumentos. No voy a ser yo el que niegue el enorme esfuerzo del ahora Gobierno en funciones para sacarnos de la quiebra en la que nos dejó el ya mencionado ´contador de nubes´ a costa del Estado y recuperar la credibilidad internacional perdida, pero no era sólo para esto, que también, para lo que más de diez millones de españoles le votamos en Noviembre de 2011, dándole la más holgada mayoría absoluta que ha tenido ningún otro Gobierno desde 1977 –reforzada con el control de la mayor parte de Autonomías, Diputaciones y Ayuntamientos- y se lo hicimos saber desde numerosos medios de comunicación, en los que, modestamente, contribuimos. Pido la indulgencia del lector para traer aquí las modestas aportaciones que, con el único ánimo de crear opinión y la remota esperanza de que le pudieran llegar a nuestro Presidente algunas de las cosas que en la calle eran un clamor, he tenido el honor de que me publicaran en algunos medios, y en este en particular: Tuve la ocasión de dar en mano al Sr. Rajoy, Febrero de 2011 en los estudios de Veo 7, y poco después del Congreso del PP de Sevilla, o sea, antes de que llegara al Gobierno un documento con algunas de las propuestas que eran un clamor popular y que, posteriormente, recordé -actualizado- en este artículo. Después fueron muchos los medios que le avisaron de los avisos que debía ver en los resultados descendientes en todos los comicios desde las elecciones andaluzas de 2012. Algo se había dicho ya. También se había intentado recordar que las leyes daban respaldo, suficiente sin duda, para actuar con energía, llegado el punto de desafío visto e incluso, tras el último desplante -hasta ayer, claro-, cuando se constituyó el parlamento catalán en Octubre pasado y dejar constancia chulesca de que una parte del mismo expresaba en un comunicado que leía su nueva presidenta que “declaraba su rebeldía a respetar las leyes del Estado y su determinación de seguir una hoja de ruta para completar el proceso de independencia”, tuvimos la osadía de darle un “ultimátum” al Presidente del Gobierno. Acaba de decir nuestro Presidente que “La democracia tiene la misma fuerza de siempre aunque el Gobierno esté en funciones”. Veremos hasta dónde llega esa fuerza. En cualquier caso, más vale tarde que nunca, pero ¿hacía falta esperar tanto, don Mariano?