Hacia la estatalización de los hijos

Publicado el 04 marzo 2012 por Israelem @israelem
Hace un par de días apareció en los medios una noticia cuanto menos sorprendente y es que en un pueblo de Jaén una joven de 16 años denunció a sus padres por castigarla sin salir de casa, tras la cual la Guardia civil se personó en la casa y acusaron a los padres de retención ilegal.
El problema es que estas noticias dejan de ser meramente anecdóticas y se convierten en normales, hace unos meses recuerdo un caso parecido en otro pueblo de Málaga. El problema radica en que un agente de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado traten a los padres como delincuentes cuando intentan educar a sus hijos es la destrucción de la familia. Porque, ¿cuál es el papel de los padres con respecto a sus hijos si no pueden educarlos? ¿Mantenerlos hasta que los hijos dejen de parasitarlos? Otro problema es, ¿qué papel juega el Estado en todo esto? Si éste está para proteger la vida, propiedad y libertad de los ciudadanos, ¿qué hace entrando en el funcionamiento de una familia?
No estoy de acuerdo con el maltrato de niños obviamente, pero de ahí a no poder realizar ningún tipo de castigo a un hijo para corregir su conducta según los criterios de unos padres va un trecho. El siguiente paso será que el Estado cree casas de crianza para todos los recién nacidos y los crien funcionarios. Os podéis hacer una idea de cómo puede salir el invento.
Esto sería un gran retroceso en la evolución, como mantiene Hoppe la familia fue una de las primeras y más importantes instituciones ya que privatizó la reproducción y educación de los hijos, de forma que cada pareja tenía que hacerse responsable de los hijos que tenían y no delegaba tal responsabilidad a la tribu.
Con noticias como las mencioadas al principio de la entrada el paso es justo el contrario, la tribu, en forma de Estado se hace cargo de los hijos desligando las relaciones paterno-filiales y atomizando la sociedad, eso que tanto teme todo buen progre y de lo cual se culpa al liberalismo.
Pues justamente en una sociedad libre es posible la relación entre personas y por tanto la asociación voluntaria desde la institución más básica como la familia a la más compleja que se nos pueda ocurrir.