Corre... ¡corre! No te detengas, no dejes que te alcancen, no mires atrás. Corre hacia la luz. Y cuando estés de su lado, vuélvete un instante y salúdame con la mano, con un "hasta siempre".
Porque entonces ya nada nos separará, tal y como siempre anhelaste. Vendrás a vivir en mi corazón para no marcharte ya nunca. Donde ya no te dañará nada, ni habrá nada que temer.
Corre... ¡corre hacia la luz! No dejes que nada te detenga. Es hora de alcanzar la paz y el descanso para tu alma herida. Yo permaneceré aquí, acompañando tu carrera final. Esperando tu sonrisa desde este lado para decirte "hasta siempre".
Corre... ¡corre! Y espérame en la luz.
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