'Hacia rutas salvajes' de Jon Krakauer

Publicado el 02 septiembre 2011 por Carol

Título: Hacia rutas salvajes (Into the wild)
Autor: Jon KrakauerEditorial: Zeta No Ficción (marzo 2008)Año de publicación:1996Páginas: 288
8 euros 
"En cuanto a mí, he decidido que me dejaré arrastrar por la corriente de la vida durante un tiempo. La libertad y la simple belleza de la vida son algo demasiado valioso como para desperdiciarlas". (Chris McCandles)
A algunos os sonará este libro de no ficción por la maravillosa película basado en él y del mismo título, dirigida por Sean Penn y protagonizada por Emile Hirsch. Yo misma he seguido ese camino, primero vi la película, una de mis favoritas de los últimos años, y luego me hice con la increíble banda sonora obra de Eddie Vedder, cantante de Pearl Jam. Finalmente, una amiga me ha prestado el libro Hacia rutas salvajes, escrito por Jon Krakauer, donde podemos profundizar en la asombrosa historia de Chris McCandless, y de otros que, como él, han amado tanto la naturaleza, la libertad y la aventura, que les ha llevado a perder la vida en sus arriesgadas expediciones.

En la primavera de 1992, después de haber recorrido buena parte de EEUU a pie y haber vivido numerosas aventuras, Chris McCandless, un joven de 24 años, licenciado con muy buenas notas e hijo de una familia de clase media alta, se internó solo y mal equipado por las salvajes tierras de Alaska. Seguía el ejemplo de muchos escritores y aventureros que habían querido internarse en la naturaleza y vivir solo de lo que pudieran recolectar o cazar. Uno de sus autores favoritos, Jack London (también el mío) había descrito en numerosas obras como La llamada de lo salvaje, Colmillo Blanco o La quimera del oro, la inmensidad y la belleza de Alaska. Chris se internó en esas tierras buscándose a si mismo, cuatro meses más tarde, encontraron su cuerpo sin vida, totalmente consumido al haber muerto de hambre. Hacia rutas salvajes trata de comprender cómo pudo ocurrir aquello, qué buscaba Chris y si era un visionario como creen algunos o simplemente un inconsciente que encontró la muerte al fantasear sobre una vida, la salvaje y natural, para la que un chico de ciudad como él no estaba preparado.

A esa pregunta yo no puedo daros respuesta, tendréis que leer el libro para poder formaros vuestra propia opinión, ni siquiera se sabe a ciencia cierta por qué murió Chris, por qué no trató de buscar ayuda, y si su muerte se debió al envenenamiento por algún tipo de planta o a su absoluta negligencia. Lo que personalmente tengo claro es que Chris fue feliz, vivió la vida que quiso vivir, y como prueba tan solo hay que ver sus últimas fotos, tanto la famosa imagen tomada junto al autobús abandonado en el que vivió durante su estancia en Alaska, sonriente y satisfecho, como el último autorretrato que se sacó, muy delgado, con un mensaje de socorro en la mano, pero sonriente y sereno. En una de las últimas cartas que envió plasmaba claramente cuál era su ideario de vida:
"Quiero repetirte los consejos que te di en el sentido de que deberías cambiar radicalmente de estilo de vida y empezar a hacer cosas que antes ni siquiera imaginabas o que nunca te habías atrevido a intentar. Sé audaz. Son demasiadas las personas que se sienten infelices y que no toman la iniciativa de cambiar su situación porque se las ha condicionado para que acepten una vida basada en la estabilidad, las convenciones y el conformismo. Tal vez parezca que todo eso nos proporciona serenidad, pero en realidad, no hay nada más perjudicial para el espíritu aventurero del hombre que la idea de un futuro estable. El núcleo esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mayor dicha que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol que es nuevo y distinto cada día". (Chris McCandles)

Se nos enseña continuamente que la vida ha de vivirse de determinado modo: estudiar, ir a la universidad, casarse, tener hijos, comprar un coche y una vivienda, tener estabilidad. Sin embargo, cuando cualquiera se sale de ese esquema se le censura. En ese sentido es donde más loable me parece la historia de Chris, quería vivir en libertad, sin ataduras, ni familiares, ni económicas, ni de ningún tipo, en contacto con la naturaleza y con lo más primitivo de si mismo. Lo que hace feliz a una persona no tiene por qué ser lo mismo que hace feliz a otra, y por ello no ha de censurarse su decisión y su forma de vida. Hay gente para la que lo más importante es la familia, para otros el amor, para otros el trabajo. Personalmente, lo más importante en este mundo para mi desde que era una niña es la libertad, vivir según tus propias reglas siempre y cuando no afecten a los demás ni constituyan un delito, por eso entiendo tan bien a Chris. Yo no tengo el valor de romper con todas mis ataduras occidentales, pero que alguien sea capaz de echarse una mochila a la espalda y dejar todo atrás me parece digno de admiración. Por otra parte, comparto con Chris McCandles su amor por los grandes espacios abiertos de América, como ya he comentado muchas veces La llamada de lo salvaje de Jack London y En el camino de Jack Kerouac son dos de mis novelas favoritas, y no descarto que algún día pueda recorrer Norteamérica y Alaska por carretera. Por otro lado, el libro está plagado de las notas que Chris fue garabateando durante su viaje o las cartas que envió a los amigos que fue haciendo durante su periplo. Algunas de estas ideas os las he plasmado aquí, ideas que comparto totalmente y que me emociona leer. Por último, Chris iba cargado siempre de buenos libros, sorprendentemente con un gusto muy parecido al mío, además de las ya nombradas obras, el último libro que leyó antes de morir es otro de mis favoritos, Doctor Zhivago de Boris Pasternak u otro ruso al que admiraba incondicionalmenye, y que es tambien mi escritor ruso favorito Tolstoi, en especial Resurrección donde se plasman sus ideas sobre la necesidad de ayudar al prójimo y desligarse de las ataduras materiales.

"Es en las experiencias y recuerdos, en el inconmensurable gozo de vivir en el sentido más pleno de la palabra, donde puede descubrirse el significado auténtico de la existencia. ¡Dios, qué fantástico es estar vivo! Gracias, gracias." (Chris McCandles)
Aunque no se trata de una novela al uso, ya os he comentado que se trata de un libro de no ficción está escrito con un estilo muy sencillo y accesible, no se hace nada pesado ya que alterna las citas y cartas de Chris con anécdotas ya no solo del propio Chris sino de otros aventureros o del propio autor, Jon Krakauer, alpinista y colaborador de la revista Outside, a quien su gusto por el riesgo no le llevó tan lejos como a Chris, pero que ha vivido también situaciones extremas en la montaña.