Cada época del año tiene una 'carta' de sugerencias gastronómicas a las que nos rendimos, siempre. La Cuaresma y la Semana Santa no podían ser menos. Las recetas estrella ya los conocemos: el bacalao -en plena temporada- en cualquiera de sus preparaciones, el potaje de garbanzos con espinacas, las sopas de ajo y el hornazo de Salamanca. Las propuestas dulces son todavía más populares: torrijas, buñuelos y pestiños. Sabemos que a nuestros peques las últimas -las golosas- les gustan (en diferentes modalidades). En cuanto a las primeras, podemos conquistar sus paladares con el pescado más popular de las fechas, el bacalao, que aporta nutrientes y vitaminas, pero que a los más jovencitos se les suele resistir. Nos vamos de tascas madrileñas para descubrirles que es delicioso. Y también de pastelerías para gozar de los dulces de Semana Santa. Estas propuestas siempre se adelantan, felizmente, al calendario.
Soldaditos de Pavía, buñuelos y croquetas de bacalao
Para conquistar a los peques con este excelente pescado y, de paso, daros un homenaje vosotros, os volvemos a recomendar una taberna centenaria de la capital, , junto a Sol, que mantiene la tradición desde 1860. Los soldaditos de Pavía son su producto estrella. Se trata de unas deliciosas tiras de bacalao -previamente adobadas en limón con pimentón dulce- rebozadas en harina y huevo y fritas en aceite de oliva. Su aspecto les animará a comerlos; su sabor, a repetir. En este local -famoso, por otro lado, por sus históricos encuentros políticos- también podréis degustar sus famosas y riquísimas croquetas de bacalao o lo buñuelos con el mismo contenido, otro 'camuflaje' perfecto para que coman pescado. Si queréis, ambas tapas las sirven con pimientos rojos. Casa Labra está en la calle Tetuán, 12. También dispone de mesas de restaurante. Un buen plan para el vermú de fin de semana o de cualquier día vacacional.
En otro local (y restaurante) en el que pueden presumir de la elaboración de los famosos soldaditos de Pavía no deja dudas con su nombre, La Pavía de Chamberí (en la calle Ríos Rosas, 38). Sus tiras de bacalao las rebozan con levadura y harina de garbanzo y gozan también de muy buena fama, como el resto de su carta: tortillitas de camarones de Cádiz, almejas a la marinera, anchoas de Santoña, mejillones de Boiro al vapor, rabas...
Torrijas y otros placeres golosos
Las torrijas son un postre o desayuno delicioso y, aparentemente, fácil de elaborar. Pero no, hay que dar el toque perfecto. Su origen es antiquísimo (siglo IV o V, por determinar) y hay tantas variantes como gustos. Las tradicionales se hacen con rebanadas de pan del día anterior (o pan específico para su elaboración, más grueso) empapadas en leche aromatizada con cáscara de limón y, a veces, vainilla, rebozadas en huevo y fritas en aceite de oliva virgen extra suave y con un toque imprescindible, la canela. No llevan harina, pero si no queréis meteos en ella (en harina), lo mejor es que las comáis fuera de casa. Os recomendamos dónde.
Casa Dani, en la calle Ayala, 28 y dentro del Mercado de la Paz es un local gastronómico famoso por servir la mejor tortilla de patatas de Madrid. Pero también lo es por sus torrijas. La elaboran con rodajas gruesas de pan y, tras empaparlas en leche hervida con canela y limón, las rebozan en pan y huevo. El espolvoreado de azúcar y canela les da un toque especial. Podréis elegir entre varios tamaños, para tomar allí -mejor como postre de una estupenda comida- o para llevar a casa. Pero solo las elaboran en Semana Santa.
Después de una buena comida
Pero si optáis por realizar una estupenda y relajante comida fuera de casa, os convencerá la propuesta culinaria de La Casita de El Pradal, en el barrio de San Juan Bautista (calle Belisana, 17). Las carnes a la parrilla son una de sus especialidades. Otra son las torrijas, que se mantienen en su carta todo el año. Tienen una textura cremosa, están hechas con pan de brioche, cuyas rebanadas reposan en la leche aromatizada con limón y canela toda una noche. Os las servirán sobre una capa de galleta desmigajada y acompañadas de frutos rojos. También podéis hacer un picoteo en su barra; las croquetas están buenísimas. ¡Una delicia!
¡Qué pestiño!
Y por último, otro clásico del corazón de Madrid es el local El Riojano, que aúna pastelería y repostería de calidad con un salón de té en el que degustar sus deliciosas elaboraciones. Hay donde elegir -también torrijas-, pero esta vez vamos a destacar sus pestiños, un dulce de origen árabe y muy extendido en otras fechas festivas en Andalucía -especialmente en Jerez y en Sevilla- y Extremadura. Los de El Riojano llaman la atención ya desde el escaparate, dorados de miel y, al probarlos, crujientes (el secreto está en la fritura). Este local, fundado en 1855 y con clientela ilustre desde su apertura, está en la calle Mayor, 10.
No nos hemos olvidado de la Mona de Pascua, como podéis ver por la foto de portada; merece capítulo aparte. Llegará antes de Semana Santa.