Suelos pardos y calizos, donde las cepas y olivares se las tienen con el extremo clima de la zona, y que agradecen los riegos por goteo que se les ofrecen a unas cepas conducidas algunas en vaso y la mayoría en espaldera.
Más de 100 Ha entre viñedos y olivares, con Sauvignon Blanc, Macabeo y Airén como castas blancas, y Monastrell, Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Syrah como tintas, con unas pocas Ha de cepas de Monastrell de más de 60 años. Entre las olivas, Picual y Arbequina, con las que se elabora el aceite en una almazara cercana.
Bodega de pequeña producción, limpia, reluciente y moderna. Depósitos de fermentación todos de acero inoxidable con camisas de control de temperatura, uso de levaduras seleccionadas, filtrado y clarificación por centrifugación y frío que eliminan cualquier atisbo de precipitado, maderas nuevas, y como mucho de tercer año, francesas y americanas, para algunas malolácticas y para las crianzas, en una coqueta sala con un parque de 250 barricas. Todo esto para producir unos vinos amparados por la DO Jumilla, claramente orientados a los gustos del marcado, en cuya elaboración la tecnología y el control dejan poco espacio a la artesanía y la expresividad.
Probamos toda la gama de vinos de la bodega, amén de su aceite y sus mermeladas.
- Blanco Hacienda del Carche 2009 (blanco joven, 34 % Sauvignon Blanc, 33 % Airén, 33 % Macabeo). Amarillo pálido con reflejos acerados y verdosos, dignos de un vino jovencísimo. Nariz de buena intensidad, con mucha fruta blanca (pera, manzana), piña y esos recuerdos animales de la Sauvignon Blanc. En boca, fresco, ligero, muy frutal y refrescante. Un blanco sencillo, muy marcado por la levadura, pero de los que gustan a casi todo el mundo para un aperitivo en verano.
- Rosado Hacienda del Carche 2009 (rosado joven, 50% Monastrell y 50% Cabernet Sauvignon). Bonito color frambuesa brillante, con reflejos grisáceos. Aromas de fruta roja fresca y dulzona, con recuerdos de golosinas y leves toque herbáceos. En boca, buena acidez, ligero y agradable. No entusiasma, pero se deja beber.
- TAVS Selección 2008 (tinto roble; Monastrell, Cabernet Sauvignon y Syrah). Con 4 meses de barrica, muestra uno color algo más granate con ribetes aún jóvenes. A copa parada, oler este vino es como oler una duela recién serrada, pero tras agitar y darle un tiempo, aparecen las frutas negras y rojas muy maduras, con recuerdos minerales y algún balsámico suave, pero sigue estando muy presente la madera nueva. En boca tiene un paso más intenso, más potente, marcando de forma clara la fruta y con un tanino agradable aunque presente. Mejor en boca que en nariz, donde la madera se lleva un poco por delante lo demás.
- Hacienda del Carche Cepas Viejas (tinto con crianza, 50% Monastrell y 50% Cabernet Sauvignon). Monastrell de cepas de 60 años, de muy baja producción, criado 12 meses en barricas nuevas de roble francés. Color granatoso, evolucionado, con ribetes atejados. Nariz elegante y de buena intensidad, con fruta madura, especias y balsámicos. En boca, amplio y sedoso, bien estructurado, con tanino dulce y agradable y una duración media. El mejor vino de la bodega, el más serio y elegante.
Son de destacar también las deliciosas mermeladas de Monastrell y de Sauvignon Blanc, una gozada con un poco de queso de cabra curado, y el aceite, con esas notas picantes de la picual, intenso y agradable.
En resumen, una bodega joven y moderna, que elabora productos agradables, fáciles y directos, claramente orientados a un mercado específico que gusta de vinos muy afrutados, limpios y frescos, pero que relegan un poco la personalidad y la diferenciación.