Ahora ya sabemos de qué va la cosa.
Hemos intentado retrasarlo en la medida de lo posible, gracias a mi santa madre, pero ha llegado el momento.Chiquinina está en plena adaptación y parece que la cosa no va mal. Aunque odio que den por hecho que los primeros días “tiene que llorar”. Es normal. Pues claro que es normal que llore cuando se va su madre! Pero me sienta fatal que lo den por hecho y le quiten importancia. Para mi consuelo no llora mucho, aunque sí un poco cuando la dejo allí…Pero yo tiro pa’lante como los de Alicante.El primer día me quedé yo en la guardería con Chiquinina. No es lo que suelen hacer en esta guardería pero insistí.Así había sido la adaptación en la guardería de Chiquinini y creo que es más fácil dejar al niño en un sitio donde ha estado antes con su madre/padre. Al menos ya ha visto el centro, ha visto a las cuidadoras, a los otros niños…Al menos cuando la deje sola por primera vez allí no pensará “donde leches me ha abandonado mi madre”.En fin, que siempre que entro en una guardería y veo a los bebés más pequeñitos se me cae el alma a los pies. Y doy gracias de tener la ayuda inestimable de mi madre, que nos ha permitido retrasar el momento hasta los 16 meses. Y que nos permite que no pasen allí muchas horas.Así que hago callo, me anestesio, pienso que no es tan malo…Pero vamos, que no me quieran vender más la moto de que la guardería es buena, que socializa, que aprenden. No. Tiene ciertas bondades, pero cuando tienen ya un par de añitos. Con 6 o 9 meses de verdad que no.Hoy sólo puedo dar mil gracias a mi madre. Y recordar a todo el mundo que crear guarderías no es conciliar.
Y cómo hemos cambiado. Esta vez hemos iniciado la adaptación a la guardería de Chiquinina si más preámbulos, sin más comeduras de cabeza. Sin darle tantas vueltas como cuando empezó su hermano. Y sin llorar (yo). Claro, entonces todo era nuevo y pasábamos por esa experiencia por primera vez.