Haciendo el nido bajo el aguacero

Por Davidalvarez

Aunque el mes de mayo ya ha llegado a su fin, la meteorología sigue empeñada en contradecir al calendario, y por las abundantes precipitaciones y las bajas temperaturas, más bien parece que nos encontramos en marzo que finalizando la primavera. Pero a pesar de todo, el ciclo de vida de las aves se rige por un reloj biológico que está mas condicionado por el fotoperiodo que por las inclemencias del tiempo.

La pequeña colonia de cigüeñuelas (Himantopus himantopus) que se ha establecido en la Ría de la Villa se encuentra estos días en pleno frenesí reproductor. Mientras una pareja ya ha sacado pollos, que corren junto a sus padres entre la vegetación de las charcas, otras parejas están incubando y otras están construyendo sus nidos, un poco molestas por los aguaceros intermitentes que descargan cada poco.

A pesar de la apariencia delicada de estas aves, son extremadamente agresivas con cualquiera que se acerque a las inmediaciones del nido, atacando tanto a los azulones que merodean por las charcas como a los milanos, ratoneros o cornejas que lo sobrevuelan, persiguiéndolos hasta que consiguen alejarlos. En otras circunstancias, las cigüeñuelas bien podrían ser la presa de algunas de esas aves, y su comportamiento natural sería el de agazaparse para no ser vistas o el de huir a refugiarse. Pero cuando se reproducen todo cambia, están defendiendo su posesión más valiosa, la que da sentido a su vida, deben pasar sus genes a la siguiente generación y quizás no tengan otra oportunidad de hacerlo, así que merece la pena el sacrificio.

La pareja aun no ha realizado la puesta por lo que deben copular a menudo para asegurar la fecundación de todos los huevos. Y no parece una tarea muy fácil para una especie que tiene unas patas desproporcionadamente largas.
Y entre chubasco y chubasco, tanto el macho como la hembra recogen material para su nido, que no es demasiado elaborado y solo necesita ser una pequeña estructura que contenga a los huevos hasta su eclosión, ya que una vez que los pollos hayan nacido lo abandonarán para seguir a sus padres.

Es una suerte poder disfrutar de este espectáculo tan cerca y con unas aves que se muestran muy confiadas con nosotros, probablemente debido al continuo tránsito de personas por la zona. Todas las imágenes han sido tomadas desde la ventanilla del coche, ya que esta pareja ha decidido construir su nido a escasos metros de la pista que rodea las charcas, por lo que desde aquí os pediría que que no os metáis en las charcas para conseguir hacer una foto. Aparte de que no hace ninguna falta, una foto nunca podría justificar el abandono de un nido o las molestias que se podrían ocasionar.
NOTA: como siempre, si queréis ver las fotos a mayor tamaño podéis hacer click en las mismas, y si queréis ver el vídeo a pantalla completa solo tenéis que pinchar en las cuatro flechitas de la barra inferior.