Haciendo tragable a Galactus: El juicio de Galactus de Byrne (forum 1992)

Publicado el 07 julio 2015 por Lord_pengallan

Hace poco vi El juicio de Galactus tirao de precio y, como tenía entendido que es una obra clave para entender a Reed Richards, uno de los personajes clave del Universo Marvel, me hice con él. Como es parte de la celebrada etapa de Byrne en Los Cuatro Fantásticos me esperaba una buena obra, pero en realidad es bastante chorra. Es lo que son casi todos los cómic mainstream de aquella época, infantil.
Este cómic es fruto de un fugaz experimento de Marvel allá por el siglo pasado. Habiendo encontrado en Europa el concepto de novela gráfica, entendido esto como una historia breve autoconclusiva editada con calidad (y supuestamente notable), intentó reproducirla, pero pronto cayó en la mediocridad. Ni tenía los suficientes autores notables ni el mainstream da suficiente libertad a sus obreros. Así, la cosa se transformó. Se remontarían sagas publicadas en grapa que para entonces eran prestigiosas. Así, entre otras, nació Elektra saga y el cómic que nos ocupa, un remontaje de las grapas 242 a 244 y 257 a 262 del vol. I EE.UU. de Los Cuatro Fantásticos. Byrne quitó de esos episodios todo lo que no estaba directamente relacionado con la trama del juicio de Galactus con bastante manga ancha. Me imagino que porque Marvel había impuesto un nº mínimo de páginas abultado ya que la "novela gráfica" podía haber tenido la mitad de páginas perfectamente y así haber incluido 3 páginas que creo necesarias pero que Byrne decidió excluir. La 1ª es la 2 ª página del 242 en el que se explica que el misterioso meteorito lo cabalga Terrax, un super aficionado a los 4F no la necesita pero el resto sí, y las 2 1ª del 244 ya que la "novela gráfica" hace referencia a unos hechos que se dan allí, así que su inclusión evitaría la sensación de: me he perdido algo, que está ya para siempre en ese pasaje.

En fin, que haya paja no altera demasiado el producto, aunque igual esto es porque el precio por el que lo adquirí era de risa. No la hace peor porque el tema es que como guionista Byrne aún era novel y estaba muy influido por la tradición. Esto es malo porque hizo que siguiese el modelo tradicional cuando ya estaba caduco como en esos momentos, 1ª mitad de los 80, estaba demostrando Miller en su 1ª estancia en Daredevil (de ahí surgió la mentada Elektra saga), y W. Simonson, aunque este no de forma tan contundente. Así, el problema de los 4F de Byrne es que son demasiado sesenteros. Sus guiones son para niños. Los personajes son simplones y todo es demasiado maniqueo. Además, Byrne no ha conseguido jamás ocultar la pretenciosidad porque su soberbia no está edulcorada con la simpatía como la de Lee. Así, todo el rollo metafísico que es el meollo del juicio de Galactus, que no es más que un juicio al Universo, queda ridículo por la prosa artificiosa con la que se narra y pueril por la superficialidad y brevedad con la que es abordado. Seguramente estoy siendo duro porque el relato no se concibió para consumirse aislado sino como parte de una historia río que se hace sobre la marcha y sólo pretende entretener un rato, así que ni nadie esperaba gran cosa ni Byrne pensaba que estaba haciendo Historia. El caso es que el camino hacia el juicio es entretenido aunque depauperado por su infantilismo. Byrne es dinámico y domina el cambio de escenario, pero esta historia imita el "El destino del Fénix", el relato que le hizo famoso, sus personajes son planos, sus diálogos artificiosos porque no son sinceros sino que imitan, tiene demasiados clichés, su Acción es espectacular y agónica pero de broma pues no tiene consecuencias dramáticas y fuerza demasiado los convencionalismos: a Terrax, un extraterrestre, se le ingresa en un hospital mortalmente herido y allí se le cura sin que Byrne haga mención a que en EE.UU. no hay Seguridad Social (quién paga?) o que aparezca allí el gobierno o los 4F. O sea, una ambulancia recoge de motu proprio un herido extraterreste tras una espectacular pelea superheroica en el lugar y no solo no da parte a las autoridades o a los superhéroes, sino que le invita a recuperarse. En estos detalles, numerosos, no me resisto a mencionar otro: los 4F paran solitos a Galactus, pero toda el imperio galáctico skrull, toda la flota skrull, toda la ciencia skrull y todos los superpoderes skrull no pueden hacer lo mismo, la historia se pierde. Así, El juicio de Galactus no ha pasado la prueba del Tiempo. Tiene su valor porque es importante para la historia del Universo Marvel, al menos de momento, ya veremos dentro de unos meses. por ejemplo aquí se produce un hecho capital que es la destrucción del mundo-trono skrull (nº 257), pero como clásico deja mucho que desear,

Gráficamente tampoco es gran cosa. Aquí Byrne no está tan bien como con la Patru ni como lo estará posteriormente. Seguramente la inexperiencia de ser autor completo perjudicó su capacidad como dibujante como lo hizo con Miller en su mentada etapa de Daredevil. Ahí el autor loco tuvo que acabar limitándose al storyboard, aquí Byrne simplificó su estilo porque no tenía suficiente tiempo para pensar, escribir, dibujar, negociar con los editores y, en el tramo final de esta historia, ser también el autor completo de Alpha Fligth. Así, aunque no hace nada mal, su dibujo es notable, y explota la sensualidad que le caracterizará (sólo hay que ver las 2 1ª páginas que en realidad son las 2 1ª del nº 244) y que me impresionó mucho de adolescente, todavía no es el autor adulto, que en su caso es no ocultar la sexualidad de sus personajes, y sofisticado que será, que es el auténtico responsable de que el nombre de Byrne sea respetado. Aquí simplemente es un trabajador eficiente con talento lo que significa que hace lo mismo que los demás pero más atractivo.
A pesar de lo anterior el cómic tiene su gracia, aunque no (me) invita a leer el resto de la etapa de Byrne. Originalmente la historia se llamaba "El juicio de Reed Richards". Se cambió a El juicio de Galactus porque en realidad a quien se juzga es a este ser cósmico. Reed Richards en realidad es un chivo expiatorio pues se libra al demostrar que Galactus no está mejor muerto. Al conseguir que aquel ser cósmico sea aceptado por todas las culturas extraterrestres, es decir, dejen de considerarle culpable, Richards es declarado inocente. La impotencia a veces lincha al que no ha sido. Nos olvidamos de que cada uno es responsable de sus actos, el genocida no es Richards sino Galactus, y que no hay destino, nada está escrito, la salvación de Galactus no conduce inevitablemente al genocidio skrull. El motivo de todo esto es que a Marvel le incomodoba un Galactus sanguinario. El cosmos marvelita no podía tener un ser cuya dieta fuese planetas habitados. Había que darle algo de transcendencia para edulcorar la crudeza que hace demasiado realista la ficción. Así, esta historia no surge de Byrne sino de los editores de Marvel de aquel momento.

Lo 1º que hizo Byrne fue debilitar a Galactus, esto es, humanizarle (242-244). Esto fue cambiado por mandato editorial, especulo pero entre el Galactus patético y el divino hay un año entero, demasiado tiempo para que la cosa obedezca a un plan. Así pues la irrupción de Galactus debía ser impactante. De ahí surgió la idea de que consumiese el planeta-capital skrull. Para los viejos marvelitas eso debió de ser impresionante. Byrne aumentó la fuerza esploxiva de ese momento narrándolo de forma cruda (257). El acontecimiento es terrible por la total indiferencia de Galactus respecto al destino de los skrulls así como por la total impotencia de estos. Después, una vez que ya se tenía al Devorador de Planetas de vuelta, había que justificar esa posición. Esto ocurre tras un intervalo larguíiiiiismo pues Byrne no retoma el asunto hasta el nº 262. El problema es que el plano mortal e inmortal se han confundido. Los mortales toman a Galactus por uno de los suyos, después de todo ya han alcanzado la capacidad de destruir planetas. Así, lo que hace Byrne es hacer bien nítida la división para que Galactus no vuelva a ser visto como alguien vulgar. En esto triunfó. Byrne separó los dos planos dando 3 pasos ascendentes. 1º Richards se defiende de forma chorra pero típica de los racionalistas. Si Galactus no es bueno ni malo entonces es neutral (?), pero no puede serlo porque mata (?), por lo que teniendo en cuenta que el Universo es un Cosmos, es decir, un lugar ordenado, tiene que ser bueno aunque a los mortales se les escape la razón (?). Como esto evidentemente es flojo se acude a un dios. A Odín nada menos. Este 1º chantajea emocionalmente al jurado contando la trágica historia de Galactus para luego dar una justificación cósmica a su existencia. Galactus es una Fuerza de la Naturaleza que al ser inteligente tiene un propósito: probar a los mortales. Así, es parte del Cosmos y, por tanto, Richards se ha comportado como un ecologista. Esto naturalmente sigue resultando flojo. Así que aparece Eternidad, que decide hacer una revelación a todos los mortales ya que el tema está lejos de su entendimiento. Así, empatizan con Galactus, gracias a que se les permite sentirse como él, de modo que pueden comprender que su existencia tiene un propósito. Galactus es necesario para que el Universo Marvel alcance su destino. No se revela cuál es este pero bueno... Finalmente, para hacer la cosa más tragable, se dice que Galactus es el único que no tiene libre albedrío y a correr. Galactus hace lo que tiene que hacer porque obedece a un propósito transcendente y no lo hace por gusto, así que es un buen tipo al que hay que compadecer porque está jodido. Por tanto, no es un asesino ni un ser que hace lo que quiere (el leitmotiv de los superhéroes es que el poder bueno es el limitado). No puede serlo ya que entonces sería una alimaña y, por tanto, habría que matarle por pura supervivencia y con ello el Universo Marvel perdería poder simbólico, que es el secreto de su éxito.