Hackers y pícaros.

Publicado el 05 marzo 2010 por ArÍstides

LA LIBERTAD ES EL DERECHO A HACER LO QUE NO PERJUDIQUE A LOS DEMÁS de Lacordaire
El Sol saldrá a las 6.09 H. y se pondrá a las 18,15 h.

¿Qué tienen en común un vasco, un gallego y un murciano? Para tranquilidad de muchos, su unión posibilita la vertebración del territorio -puesta tan en entredicho por algunos- y certifica -para tranquilidad de otros- que en este solar ibérico se practica la I+D de alto nivel. Tres sujetos con residencia en dichas regiones han sido detenidos por ser los tres hackers que han infectado, mediante troyanos, más de 13 millones de ordenadores en 190 países. Poseían el control directo de 800.000 y atacaron 40 bancos. Para su detención ha hecho falta la colaboración del F.B.I, que en coordinación con tres multinacionales de la seguridad en internet, les han seguido el rastro hasta dar con ellos y detener a los causantes de uno de los mayores ataques ocurridos en el ciberespacio.

Y es que en este país, cuando la gente se pone a pensar, el ingenio puede no tener límite. Como el de esa misteriosa mujer rubia que la Guardia Civil ha detenido en Pozuelo de Alarcón y que llevaba dos años repostando gasolina en su flamante Mercedes de alta gama sin pagar. Las pesquisas comenzaron en el 2008, después de que dieran la alarma los dueños de distintas estaciones de servicio. El caso era conocido por los pueblos de alrededor, pero nadie se podía imaginar que para poder huir de los 13 establecimientos a los que timó, alterara con cinta aislante negra los números de la matrícula del Mercedes antes de salir del chalé en el que residía. Esta abogada segoviana de 39 años completaba su fechoría conduciendo un coche puesto a nombre de su padre, ya fallecido, lo que hacía más difícil dar con su paradero.

Esta mañana, en las poblaciones donde han ocurrido ambos sucesos, la gente se sentía satisfecha y honrada por ver el nombre de las mismas en los periódicos; y en el caso de los hackers, de todo el mundo. Las llamadas entre vecinos no se han hecho esperar, y eran muchos los que hinchaban el pecho ante el talento de sus paisanos, a los que todos quieren conocer. Una vez censurados los hechos, era común el aprecio por el arrojo y la brillantez con que estos han desarrollado su labor.
En fin, que “de casta le viene al galgo” y que, como en las antiguas novelas de picaresca, hoy, con nuevos sucedidos, se podrían escribir jugosas historias.