Son raptos, no puede ser continuo, pero en esos momentos donde distinguís que va por ahí, cuando ves claramente el camino que debés seguir, esos segundos de nitidez que te permiten imaginar por donde tejerás las telas de la red invisible que determina la unión de un punto con el siguiente.
Y así se ilumina un día para que a las horas se oscurezca de vuelta porque al día deviene la noche, y luego el día.
Es lo que te imaginás y vislumbrás que es. ¿Se desprecia ese conocimiento porque da pavor el compromiso y la responsabilidad que deviene al saberlo? Que soñador, de los buenos y baratos.