Nuestro amigo Lan nos proponía hace unas semanas un interesante juego literario que quiero presentarles con la idea y el deseo de que los lectores de este blog se animen a participar. El juego o experimento consiste en que ustedes reescriban un breve texto, que yo les propondré a continuación, siguiendo unas sencillas pautas. Lo fundamental es que la historia sea la misma pero narrada de forma diferente. Para ello habrá que evitar en lo posible repetir frases y palabras del original, utilizando a su elección sinónimos, equivalencias, perífrasis, paráfrasis, circunloquios, y toda clase de recursos lingüísticos -incluido el lipograma si a alguien le place- que sirvan para nuestro propósito.También es importante que la longitud de las versiones que ustedes escriban sea similar a la del texto del que partimos. Éste tiene 69 palabras, por lo que sus versiones podrán tener entre 65 y 75 palabras. Quienes deseen participar deberán enviarme a mi correo electrónico sus versiones, indicando si desean que su texto sea identificado con su nombre o prefieren que aparezca bien como anónimo o bien con el seudónimo que el interesado elija. Y el plazo para ello es de doce días, es decir, desde mañana28 de marzo hasta el miércoles 8 de abril. Después publicaré una nueva entrada en la que figurarán los textos escritos por ustedes para que todos podamos leerlos todos, disfrutarlos y comentarlos, lo cual, sin duda, nos proporcionará grandes momentos de deleite y regocijo.El objetivo de este juego-experimento no es otro que divertirnos un rato jugando con las palabras y disfrutando con sus posibilidades; comprobar cómo una misma cosa se puede expresar de muy diversas maneras, y constatar cuán dúctil, flexible y adaptable es el lenguaje, de cuyas propiedades no siempre sacamos partido suficiente. Sin más, este es el texto que les propongo para ser reescrito, reinterpretado, versionado o adaptado; transmutado, refundido o parafraseado: “Durante todo el camino el perrito fue haciendo cabriolas, con la lengua fuera, intentando alcanzar la bolsa que el hombre levantaba y apartaba, entre risas y regañinas. Al llegar a casa el hombre dejó los libros sobre una mesa y fue a la cocina. Mientras, el perrito se puso a dar vueltas alrededor de la mesa, mirando hacia arriba,como si estuviera ideandoalguna estrategia para alcanzar los libros.”(Cuento completo aquí)Espero sus colaboraciones. ¡Muchas gracias!
Nuestro amigo Lan nos proponía hace unas semanas un interesante juego literario que quiero presentarles con la idea y el deseo de que los lectores de este blog se animen a participar. El juego o experimento consiste en que ustedes reescriban un breve texto, que yo les propondré a continuación, siguiendo unas sencillas pautas. Lo fundamental es que la historia sea la misma pero narrada de forma diferente. Para ello habrá que evitar en lo posible repetir frases y palabras del original, utilizando a su elección sinónimos, equivalencias, perífrasis, paráfrasis, circunloquios, y toda clase de recursos lingüísticos -incluido el lipograma si a alguien le place- que sirvan para nuestro propósito.También es importante que la longitud de las versiones que ustedes escriban sea similar a la del texto del que partimos. Éste tiene 69 palabras, por lo que sus versiones podrán tener entre 65 y 75 palabras. Quienes deseen participar deberán enviarme a mi correo electrónico sus versiones, indicando si desean que su texto sea identificado con su nombre o prefieren que aparezca bien como anónimo o bien con el seudónimo que el interesado elija. Y el plazo para ello es de doce días, es decir, desde mañana28 de marzo hasta el miércoles 8 de abril. Después publicaré una nueva entrada en la que figurarán los textos escritos por ustedes para que todos podamos leerlos todos, disfrutarlos y comentarlos, lo cual, sin duda, nos proporcionará grandes momentos de deleite y regocijo.El objetivo de este juego-experimento no es otro que divertirnos un rato jugando con las palabras y disfrutando con sus posibilidades; comprobar cómo una misma cosa se puede expresar de muy diversas maneras, y constatar cuán dúctil, flexible y adaptable es el lenguaje, de cuyas propiedades no siempre sacamos partido suficiente. Sin más, este es el texto que les propongo para ser reescrito, reinterpretado, versionado o adaptado; transmutado, refundido o parafraseado: “Durante todo el camino el perrito fue haciendo cabriolas, con la lengua fuera, intentando alcanzar la bolsa que el hombre levantaba y apartaba, entre risas y regañinas. Al llegar a casa el hombre dejó los libros sobre una mesa y fue a la cocina. Mientras, el perrito se puso a dar vueltas alrededor de la mesa, mirando hacia arriba,como si estuviera ideandoalguna estrategia para alcanzar los libros.”(Cuento completo aquí)Espero sus colaboraciones. ¡Muchas gracias!
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