Hagia Sofía o Santa Sofía, la soberbia basílica que se yergue por más de 1500 años en el centro de Estambul, Turquía, es el mayor ejemplo de arquitectura bizantina y la joya indiscutible de la ciudad. Esta magnífica obra de Justiniano ha sido discutida ampliamente en libros de historia de la arquitectura por sus innegables innovaciones constructivas. Sin embargo, poco se menciona sobre su calidad estilística formal y espacial así como por la riqueza de su ornamentación, aspectos que tuvieron notable influencia en otras obras tanto cristianas como islámicas. A fin de hacer justicia a ambos aspectos, dividiré el presente post en dos partes, la primera dedicada a su historia y proceso constructivo y la segunda a sus características arquitectónicas y artísticas.
EMPLAZAMIENTO
Estambul, la única ciudad que se extiende por dos continentes. Debido a su ubicación estratégica la antigua villa de Bizancio fue elegida por Constantino como la capital de su imperio y la renombró como Constantinopla. Desde aquí floreció el Imperio Romano de Oriente y sobrevivió por más de mil años más que su hermano de occidente, al amparo de la Iglesia Ortodoxa y hablando griego en ves de latín. Sólo en 1453 luego de su caída los otomanos la rebautizaron Estambul, y desde aquí controlaron el vasto imperio que se extendió hasta el África y Medio Oriente.
Hagia Sofía se ubica en el extremo de la península de Estambul donde el Bósforo se encuentra con el Cuerno Dorado, flanqueada por el noreste por el antiguo palacio del Sultán y por el suroeste con la Mezquita Azul.
Su volumen masivo contrasta con la esbeltez de los minaretes que la anuncian como un edificio musulmán, y el espacio público adyacente permite establecer un diálogo visual con la mezquita que se halla al otro extremo del parque.
Si bien esta zona goza de una ubicación estratégica, también se encuentra muy cerca de una de las fallas tectónicas másactivas del planeta, por lo que ha sufrido frecuentes terremotos a lo largo de toda su historia.
ANTECEDENTES
La primera iglesia, conocida como Iglesia Magna fue concluida en 360 d.C bajo órdenes de Costancio II, hijo de Constantino, muy cerca a su palacio. Tenía las características de una basílica paleocristiana, un edificio alargado y techo de madera. Fue destruida por el fuego durante las revueltas del año 404.
Reconstrucción hipotética de la primera iglesia
Una segunda iglesia, también de planta basilical, fue culminada en el 415, consagrada por Teodosio II. Construida también con un techo de madera, colapsó durante un incendio en 532, en la llamada revuelta de Nika contra Justiniano. Sólo ha sobrevivido un volumen cilíndrico dedicado al tesoro.
CONCEPCIÓN
Tras el incendio el emperador Justiniano quiso construir una nueva basílica de forma única y de proporciones más grandes que cualquier otra iglesia, como símbolo de su poder y para mejorar su prestigio ante la población. Justiniano quiso unir la forma rectangular, típica de las basílicas paleocristianas, con el círculo, arquetipo tipológico del estado y representado por el Panteón en Roma, (cuya cúpula descansa sobre una base cilíndrica). ¿Cómo construir un domo semiesférico sobre una base cuadrada?
Para resolver este problema tan original, Justiniano requirió el concurso de dos académicos: el matemático Artemio de Tralles y el físico Isidoro de Mileto. Ellos no eran arquitectos, sino especialistas en la llamada “ciencia de la mecánica”, pero llevaron a cabo la tarea de calcular y edificar el edificio.
Planearon colocar la cúpula sobre cuatro arcos, cada uno de 31 m de ancho, generando un espacio cuadrado central. En sus esquinas cuatro grandes columnas sustentan la estructura, circundado por pasillos laterales a distintos niveles. El espacio es coronado por una enorme cúpula de medio punto de 31 m de diámetro que se eleva a 56 m de altura.
Para combinar ambas geometrías, el círculo y el cuadrado, se crearon pechinas, que son unas formas triangulares de superficie curva que unían el cuadrante de la cúpula con la mitad de dos arcos perpendiculares. Además de cubrir el espacio, las pechinas contribuyen a una mejor distribución de las cargas de la cúpula, ya que de otro modo descansarían únicamente en la parte superior de los arcos, y las distribuyen uniformemente hacia las columnas.
Sin embargo, la cúpula original, que era más chata que la actual, no descansaba directamente sobre las pechinas, sino sobre una estructura cilíndrica, un tambor al que se le colocaron 40 ventanas alrededor.
A fin de ampliar el espacio de la nave, dos semicúpulas descienden desde los arcos a ambos lados de la cúpula central y que a su vez contienen tres pequeñas semicúpulas.
Sin embargo, el problema con los arcos es el empuje lateral que reciben por lo que tienden a abrirse hacia los costados. Por tanto se construyeron grandes contrafuertes a cada lado de los arcos, a fin de contrarrestar la deformación por el peso de la cúpula.
Estos elementos prominentes son visibles en la fachada, y en su interior han sido perforados para albergar unos pasillos que circundan la nave principal. Éste fue, sin embargo, un error, ya que al introducir estas perforaciones los contrafuertes se debilitaron y empezaron a rajarse. Por tanto, los diseñadores tuvieron que crear arcos de refuerzo en los contrafuertes existentes y aumentar su altura. La deformación es evidente en algunas partes de los arcos.
Otro aspecto crítico e innovador en la construcción del edificio fueron sus materiales. Contrario a la costumbre de la época, que era construir edificios masivos y pesados para resistir los terremotos, Isidoro y Artemio trataron de hacer el suyo lo más ligero posible (un criterio utilizado en la ingeniería civil moderna). Los ladrillos fueron importados de Rodas y fueron cocinados a bajas temperaturas (800°C), haciéndolos más porosos, menos densos y más resistentes y ligeros que los ladrillos comunes (cocidos a 1200°C). En el mortero también se utilizó ladrillo molido, mezclado con cal, arena de río y agua para crear un mortero especial, fuerte , ligero y flexible.
El edificio se completó en menos de 6 años, entre 532 y 537, gracias al concurso de dos cuadrillas de 5000 trabajadores cada uno. Este tiempo récord implicó que se reutilizaran elementos de otras estructuras, traídos de diversas partes del imperio, y acomodados a las dimensiones de Santa Sofía. Por ejemplo, algunas columnas son más cortas y la diferencia fue resuelta in situ. Otro ejemplo es la diferencia de alturas entre las columnatas de las dos galerías laterales, probablemente debida a que no se encontraron columnas del tamaño de las de la galería inferior.
LA SEGUNDA CÚPULA
20 años después de su culminación, en 557 un terremoto provocó grietas en la cúpula, la cual se vino abajo debido a la poca resistencia que ofrecía el tambor que la sostenía. Debido a que Isidoro falleció durante la construcción de la iglesia original, la tarea de reconstrucción de la nueva cúpula (que es la que vemos hoy) recayó sobre su sobrino Isidoro el joven. Para ello, prescindió del cilindro y la diseñó más alta, descansando directamente sobre las pechinas, distribuyendo mejor las cargas.
Además, estudiando el Panteón de Roma descubrió unas grietas en la base de la cúpula y decidió aligerarla construyendo una serie de 40 ventanas a su alrededor. Además de aliviar las cargas, estas ventanas ofrecen un efecto lumínico que sugiere la impresión de que la cúpula está flotando en una base de luz. La reconstrucción de la cúpula tomó 4 años.
La cúpula fue la más grande el mundo hasta ser sobrepasada por la de la basílica de San Pedro en Roma en 1590, así como la superficie de Hagia Sofía fue la mayor de un edificio religioso hasta la construcción de la la catedral de Sevilla en 1520.
PERFORMANCE
Luego de su culminación, y dado el enorme peso de la cúpula, fue necesario incluir contrafuertes adicionales, añadidos algunos en época bizantina y otros ya bajo el dominio otomano.
Pese a ello y no obstante encontrarse en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, Hagia Sofía ha resistido terremotos devastadores y ha sobrevivido incluso a edificios modernos de concreto armado. La revolucionaria concepción estructural y el uso de material ligero han facilitado su supervivencia por más de 1500 años. Diversos estudios y simulaciones han predicho que la iglesia podrá resitir el embate de sismos mayores a 7.2, pero a pesar de ello la estructura se encuentra siempre en mantenimiento y continuamente monitoreada.
En la siguiente entrega dicutiremos algunos aspectos de su calidad espacial arquitectónica así como la contribución musulmana a esta obra que ha devenido en símbolo de ambas religiones. Hatsa entonces
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