Los comunistas están en contra del comercio, de convencer a los demás para que consuman algo… salvo si ese algo es su ideología. En ese caso les parece estupendo utilizar todas las armas propagandísticas posibles.
Aprende a vender.
Uno no es libre hasta que sabe vender.
Es describir públicamente las tropelías sociocomunistas y la historia se repite:
Elogios por privado, críticas públicas.
Borrachos de moralismo amenazando con dejarme de seguir, date cuenta de la demencialidad.
Parece existe vergüenza a defender la libertad. En enfrentarse a los buenistas teóricos que han destruido países y aniquilado familias.
Que quede claro.
La única posición moral correcta, y que no te quepa la menor duda, es la de los defensores de la libertad, del comercio, del mercado.
No nos confundamos ni por un segundo en cuanto a quiénes son los que acaban con el hambre, las enfermedades, alargan la esperanza de vida y han llevado a la población unos niveles de bienestar nunca antes conocidos.
La vergüenza que la carguen los que asesinan a quienes no piensan como ellos y destruyen cada país en el que practicas sus ideas.
Los sádicos que cien años después siguen diciendo que eso no es comunismo real, que deberíamos probar una versión más.
La suya, la del próximo verdugo.
Es por eso que odio las palabras «comercial», «desarrollo de negocio» y todo lo que no sea vendedor.
Ven-de-dor.
En mayúsculas, negrita y subrayado.
Los demás, los que usan eufemismos o muestran la más mínima vergüenza a desempeñar tan noble labor, me repugnan.
Decía el genio del marketing directo Jay Abraham, que si de verdad crees que lo que vendes es útil y valioso para tus clientes tienes la obligación moral de servirles de cada forma posible.
Dan Kennedy añadía que si al acabar el día no has ofendido a nadie no estás vendiendo lo suficiente.
Haz lo que consideres con esa información.
Por mi parte, el lunes destripo la estrategia que seguiré para duplicar mis ingresos en 2026.
Puedes copiarlo, intentarlo llegar por tu cuenta o quedarte como estás.
Solo si te apuntas aquí:
Acepto la política de privacidadLa entrada Hago llorar a un puñado de comunistas se publicó primero en Luis Monge Malo.