Hago lo que digo, predico y pienso

Publicado el 18 marzo 2013 por Davidsoler @dsoler

Ya hace bastante tiempo que estoy anonadado y alucinado con todas las frases que corren por el Facebook, y en menor medida por Twitter, sobre como hay que comportarse en la vida. “Sigue tu camino… escucha a tu corazón” “Haz lo que te gusta” “Ama lo que haces”, etc., etc… Sí, vale, frases muy bien intencionadas, que tratan de darnos un chute de optimismo y hacernos reflexionar sobre que hacemos en este mundo y, en consecuencia, buscar una vida mejor y acorde a nuestros principios y deseos. Pero siempre me pregunto si todos los que las cuelgan en realidad predican con el ejemplo.

Me da la impresión que la mayoría de gente hace justamente lo contrario de lo que predica. Y, más allá, hace lo contrario de lo que el cuerpo le pide, de lo que le gustaría… al final todo lo que dicen es una proyección de lo que les gustaría ser y hacer. Algunos se callan, no lo exteriorizan… pero me temo que también hacen lo mismo. Viven algo que no es exactamente lo que quisieran vivir. O viven lo que “les toca vivir”…. Ponen buena cara pero son infelices.

No quiero ser, ni parecer, demasiado talibán. Entiendo que haya gente que dice no tener más remedio que hacer “lo que toca”. Pero también creo que la reinvención es posible. Dejarse llevar por lo que hay y acabar donde uno no desea exactamente puede pasar, pero os aseguro que hay una alternativa para quien sabe quien es, que le gusta y para qué vale.

Yo soy un ejemplo claro y vivo de quien se ha sabido reinventar conservando la esencia de lo que es, sin perder (creo) los valores y su filosofía. Ok, admito que hoy vivo por debajo de lo que solía vivir. Gano muchísimo menos de lo que solía ganar y hago, en consecuencia, muchísimas cosas menos de las que hacía antaño. Pero he recuperado mi vida, o una parte de ella, y eso no tiene precio.

En fin, a lo que iba. Es importante ser capaz de decir, hacer y pensar (en el orden que más os guste) lo mismo. No puede ser querer hacer algo, decirle a alguien lo que tiene que hacer y hacer lo que a uno no le llena (seguro que con tanto “hacer” os habéis hecho un taco). Un día alguien me contó algo así como que las personas en realidad éramos capaces de aunar emociones, acciones y pensamientos de forma armónica. Solo hacía falta parar, escucharnos un poco y ver la raíz de todo lo que significaba cada una de las cosas que hacíamos o sentíamos. Todo estaba interrelacionado y si uno lo entendía era posible alcanzar una especie de estado de paz o de “estoy haciendo lo que quiero y soy feliz”. No sé si es exactamente así… seguro que no, pero espero que se me entienda.

Así que voy a dejaros alguna perlas para ver si os pongo las pilas a todos:

  • No me vengáis con el rollo de que “la vida es así”. Que estoy perdido en el mundo, no sé donde voy, la gente me odia y todo es un desastre. Nadie dijo que iba a ser fácil. Hay que intentarlo. Solo da un paso y lo siguiente va saliendo. Pero hay que atreverse a hacer lo que uno quiere hacer (en el fondo).
  • No tratéis de ser quienes no sois. No vayáis de super hombres ni super mujeres. Todos somos débiles y sensibles (sí, vale, algunas personas no) pero no me digáis que no está bien saber que alguien puede ayudarte. Saber que alguien puede ser tu hombro y arrojarte luz sobre hacía donde ir. El que no sepa reconocer y aprovechar esto es que o es un idiota (por no decir algo peor) o tiene tal orgullo que se merece lo que le pasa.
  • Hay cosas más allá de… No quiero gente que solo va en una dirección, en la de la pasta. Que solo está porque tengo que sobrevivir. No me vale. Ya lo dije hace unos cuantos post, solo tienes una vida, así que aprovéchala.
  • Todos servís para algo. Todos, ¡¡¡TODOS!!!, tenéis algo especial. Algo que hacéis mejor que el resto. Y, además, que os gusta. Pero lo habéis olvidado en esta sociedad que premia el supuesto éxito basado en el dinero y no en el sentirse bien con uno mismo. Si sabéis que os gusta, que todos lo sabéis pero no queréis reconocerlo, y lo explotáis entonces podréis ser vosotros mismos. Maldigo esta crisis que ha hecho que tanto talento se haya desperdiciado por las prisas, la ansiedad y “el tengo que hacer”

¡Jope! Me he quedado descansado, eh? No sé exactamente que le pasa a la gente pero está más perdida de lo que había estado nunca y lo peor es que ahora, gracias a las “nuevas tecnologías”, todo debería ser mucho más fácil.

La verdad es que a veces me pregunto por qué insisto tanto en tratar de hacerle ver a la gente lo que deberían ver por ellos mismos. Pero no tengo remedio. Soy así. Creo en lo que hago y no me importa hacer estas cosas aunque eso me cueste sentirme como si predicara en el desierto o como un tonto, la mayoría de veces, por arrastrarme. En el fondo l@s que se lo pierden son l@s demás. L@s que no saben apreciarlo.

¡Qué tengáis una feliz semana! (de buenísimo rollo, eh?!!!!… ¡¡¡que soy más feliz que una perdiz!!!)