Revista Cine

"Hago mis películas desde el desconocimiento", entrevista con Nicolas Philibert

Publicado el 09 enero 2011 por Lilik

Nicolas Philibert atiende a los medios con amabilidad y simpatía, se presta gustosamente a sesiones de fotos, parece que se divierte. Es un excelente conversador, aunque sea con la mediación de una intérprete. Estuvo en España para impartir un taller sobre su método de trabajo en Documenta Madrid 08, y no pensábamos desaprovechar la oportunidad de entrevistar a uno de los cineastas más personales e interesantes en el ámbito de la no ficción.
Notodo.com: En Documenta Madrid hemos podido ver una retrospectiva de su filmografía, aunque no su último filme, Regreso a Normandía. Éste se aparta un poco de la línea de sus anteriores trabajos, en el sentido de que adopta un punto de vista más subjetivo, parte de una experiencia propia. ¿Por qué este giro?
Nicolas Philibert: Un cineasta necesita explorar universos distintos y maneras de contar historias también distintas. En concreto, Regreso... ha supuesto un gran placer, es algo con lo que he aprendido mucho de mí mismo. He disfrutado mucho, sobre todo en el montaje, utilizando una manera formalmente muy distinta a las anteriores películas, mucho más dispersa. En las otras hay una unidad temática y de lugar, mientras que en ésta hay diferentes escenarios y materiales.
NTD: En su opinión, ¿cuál es o debería ser el objetivo del cine documental?
NP: No puedo contestar a esta pregunta. Cada cineasta tiene su propio estilo, se inventa su propia gramática y su propia forma de investigar como aprehender el documental. Pienso que el placer de descubrir el territorio del documental, ya sea como cineasta o como espectador, se basa en que es extremadamente diverso. Hay tantas escrituras, estilos, métodos y maneras de hacer como en el terreno de la ficción. Durante años se han contrapuesto ambos estilos, pero pienso que el documental es hoy en día un género muy rico, muy potente, debido a su diversidad.

Pero me gustaría añadir que el documental ha de diferenciarse de lo que es periodismo. No tengo nada en contra de éste, pero creo que el documental se encuentra a menudo a merced del periodismo, del reportaje. Podemos hablar de dos tipos de documentales: los proyectados en salas de cine y los programados en televisión. El que se hace para televisión no se ha independizado aún del periodismo, tiene todavía un formato muy televisivo y es bastante ‘dócil’ en sus formas. Luego están los que se proyectan en los festivales, que son mucho más impactantes. Son películas más singulares y subjetivas, y a menudo más interesantes, tanto en su forma como en su contenido.
NTD: Usted ha dicho en alguna ocasión: “Lo que me gusta del cine documental es la libertad de inventar la película en el proceso”. Filma sin guión, sin plan de trabajo. ¿Es ésta una manera más adecuada de captar una realidad que con una medida planificación de la película?
NP: No es que sea más fácil. Tampoco sé qué significa exactamente ‘captar la realidad’. Desde el momento en que posicionamos una cámara en un determinado lugar, necesariamente estamos eligiendo. Es una decisión que te hace interpretar esa realidad. Elegimos enmarcar el mundo, mostrando unas cosas y obviando otras, haciendo planos fijos o siguiendo a personajes en movimiento... Las elecciones son múltiples y permanentes. Por ello, el hecho en sí de observar el mundo es ya transformarlo, interpretarlo. Lo que me gusta de mi manera de trabajar es que no busco documentarme, no quiero saber demasiado antes de rodar. Y así, mi subjetividad es quien se enfrenta a las distintas situaciones. Tomo partido y me permito ser subjetivo, mientras que si leyera libros, si visitara a expertos e intentara documentarme sobre un tema en cuestión antes de empezar a filmar, tendría la impresión de estar siendo muy didáctico, de partir ya de una opinión formada. No hago películas desde el conocimiento, sino desde el desconocimiento, desde la necesidad de aprender y de mis ganas por descubrir ‘in situ’, junto a las personas a las que grabo, y no antes.
Hago mis películas desde el desconocimiento
NTD: ¿Es posible que la gente actúe con naturalidad cuando está siendo grabada, como lo haría si no hubiera una cámara delante? ¿Emplea algún tipo de “receta”?
NP: No busco hacer olvidar la cámara, sólo intento ser discreto para no influir en las cosas. Es cierto que al dirigir un documental esperamos que las personas a las que filmamos se muestren lo más naturales posible, como también lo es que el hecho de que nos mire una cámara cambia un poco nuestra forma de actuar. Depende de cada uno, hay gente muy espontánea, otros se muestran más intimidados. No tengo ninguna receta mágica, no sigo ningún método. Lo que intento es hacer comprender a la gente qué hacemos y por qué lo hacemos. Intento demostrar a las personas que no las grabaría a cualquier precio o en cualquier situación. Suelo decir a menudo: “Hay que saber renunciar a grabar, saber apagar la cámara”. Yo tomo lo que la gente me quiere dar. La cámara te da un poder inmenso; la cuestión es cómo no abusar de él.
NTD: Puesto que el documental no es un género de masas, ¿le sorprendió el éxito de público de 'Ser y tener'?
NP: Hice la película como hice las demás, sin esperar el éxito que luego tuvo... y sí, me sorprendió.
NTD: El señor López de 'Ser y tener' es un profesor con las dosis justas de disciplina y afecto por sus alumnos. No conocemos la situación en Francia, pero ahora mismo la figura del profesor en España está francamente desacreditada... ¿Tiene una opinión formada sobre el tema de la enseñanza?
NP: En realidad, el profesor de la película no es tan ideal ni modélico como lo ha pintado la prensa. Es una persona que hace su trabajo de manera concienzuda, con sus cualidades y defectos, y su método pedagógico es bastante tradicional... Antes de elegirle a él estuve con muchos otros profesores que hacían su tarea también de forma muy profesional. En la película se muestran situaciones a veces banales y a veces más sabrosas, por la reacción que tienen los niños ante la cámara, y no hay que mezclar la realidad y lo que es la película. No está hecha para ilustrar un método pedagógico y a raíz de ella no se pueden sacar conclusiones sobre los profesores o la enseñanza en general. Podría haber hecho la misma película en un barrio de las afueras de París, por ejemplo, y el interés hubiera sido lo mismo. 'Ser y tener' es una película, no es la realidad.
22.05.08
www.nicolasphilibert.fr
www.documentamadrid.com

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