Si hacen un leve ejercicio de memoria, seguro que muchos de ustedes se recuerdan, cuando eran niños, haciendo pompas con la saliva, jugando con ella como si de un chicle se tratara, como si el jabón hubiese caído en nuestra boca y nos viéramos obligados a deshacernos de él de aquel modo tan curioso.Aunque para la autora de este libro, también hacen pompas con saliva dos tipos de personas más, los locos y las actrices porno.
No es extraño, pues, que Ana Elena Pena, haya escogido ese recuerdo para ponerle título a su obra, "Hago pompas con saliva", editado por Melusina. Y digo que no debería exrañarnos, porque este compendio de relatos e ilustraciones giran en torno a eso, a la inocencia infantil y a su interrupción, a los monstruos interiores de la soledad, al descubrimiento del sexo y a las desilusiones que nos hacen madurar a pasos agigantados, jugando con nuestras ilusiones y con nuestro equilibrio emocional.
Ana Elena, artista murciana afincada en Valencia, ha tenido una vida ecléctica: pintora, escritora, ilustradora pop, surrealista, naïf, removedora de conciencias, organizadora (y protagonista) de exposiciones y performances, repartidora de cromos en las puertas de los colegios, maquilladora de actrices porno, profesora de talleres para niños aquejados de hiperactividad, vendedora de cosméticos, monja en despedidas de soltero, estrella del cabaret musical... Siempre moviéndose entre lo erótico y lo siniestro, lo dramático y lo humorísitco, lo tierno y lo desgarrado, es un libro que gustará a todos aquellos que alguna vez se han sentido solos al crecer y que, como no podría ser de otra manera, jugaban a hacer pompas con su saliva.Un libro preferiblemente disfrutable por mujeres que no se escandalicen fácilmente y para hombres sin prejuicios. Una experiencia inolvidable, como sus "traumáticas" actuaciones de cabaret.