Una noche, Edgar acompaña a Doris Walpole, una tímida joven de vuelta a casa después de que ésta se separara de su doncella en una tarde de densa niebla. Una vez allí, su prima Rosalie, celosa de que ésta fuese en su carruaje y sabiendo que le esconde algo, le desea que el fogman, un ser oscuro que se lleva a niños en la niebla según las leyendas, la haga desaparecer. Su deseo se cumple y esa misma noche se le pierde el rastro. Tres días después la Sra. Marle, antigua nodriza de ésta, acude al Conde y a su especialista pidiendo ayuda para encontrarla temiendo que la leyenda del fogman fuese cierta.
El primer caso de Lydia en Londres no será tan sencillo como en un principio pudiera parecer y es probable que acabe metida en una nueva situación peligrosa que se conecta de algún modo con el oscuro pasado de Edgar.
Reseña
Como dije en la reseña de la primera novela, Es un villano refinado, había campo de mejora y evolución para los protagonistas. Lydia sigue pecando de ser demasiado amable, centrándose en lo bueno de las personas con las que se cruza aunque le hagan daño y la pongan en peligro. Dadas todas las sombras que rodean a Edgar parece necesario que sea un personaje que desprenda tanta luz como una santa pero no deja de ser un tanto irreal.
Es un personaje triste que cuanto más lo conocemos, más entendemos sus acciones. No obstante, como Lydia, no somos capaces de ver hasta dónde será capaz de llegar y por eso es difícil terminar de confiar en él. Si bien podemos entender sus motivos, es mucho más difícil llegar a aceptar ciertas acciones que realiza. Pero, oye, no me voy a quejar de tener un personaje así de gris y complejo que camina sobre la línea entre el bien y el mal de forma tan ambigua.
Mi teoría de por qué se saltaron esta novela al hacer el anime es que aquél estaba muy enfocado a las adolescentes que lo viesen así que una novela donde las secundarias principales son dos chicas monas no debería ser de interés. Como Doris se pasa la novela casi entera desaparecida no hay mucho que decir de ella. Rosalie es la que se lleva el peso en la trama. Una niña mimada, arrogante y egocéntrica ¿pero lo suficientemente mala como para hacer desaparecer a su propia prima? ¿Incluso aunque contase con la ayuda de un pequeño ser diabólico conocido como bogey? Aquí reside la clave de la historia. Lo que en un principio parecería una novela a modo de "un caso" para Lydia se va complejizando cuando la relación con el pasado de Edgar se va haciendo más y más evidente.
La estrella de la serie, de todos modos, sigue siendo el gato-hada Nico, que tiene momentos en los que se luce. Lydia estaría perdida sin él, a decir verdad. Y en cuanto a Raven, el peligroso e inexpresivo sirviente-aliado de Edgar, vuelve a mostrar su fidelidad a él. Más allá de eso, algún momento puntual tiene en que se le ve más humano al ampliar su interés también al bienestar de Lydia. No sé dónde lo llevará la autora pero tiene aún mucho trabajo por delante con él.
En definitiva, una novela con muy buenos momentos, una trama intrigante de fondo y alguna escena especialmente bonita. Quizás la principal pega que haya que ponerle es que las piezas encajan de una forma demasiado conveniente, hasta incluso una extraña lata de conservas tiene su papel en el momento oportuno. También puede resultar un tanto previsible pero aun así estoy segura de que os sorprenderá en alguna que otra situación.